Las actividades de CR7 fuera del fútbol hacen saltar la alarma en el Madrid

El astro portugués no para de ser noticia por temas no estrictamente relacionados con el balón

"¡A tomar por culo!". La frase de Cristiano Ronaldo a la grada del Bernabéu después de uno de sus goles ante el Rayo Vallecano, captada por las cámaras de CUATRO, resume perfectamente lo que fue el choque para el futbolista portugués: un desamor. Las diferencias de criterio sobre lo que es aceptable o no en cuanto a críticas fracturan cada vez más una relación que casi siempre fue idílica durante siete años. También las últimas comparecencias del luso en distintas entrevistas concedidas a medios extranjeros en los últimos meses, en las que asegura no saber qué será de él en el futuro. De un tiempo a esta parte, Cristiano y el madridismo se han distanciado de forma evidente.

 

Casi podríamos decir que lo que se va separando es la relación de CR7 con el fútbol o, al menos, con el fútbol a un nivel de exigencia que era innegociable para el de Madeira hasta hace bien poco. Una serie de sucesos, acompañados del paso del tiempo y de ciertas mermas físicas (sobre todo en su rodilla izquierda) le han hecho ser menos competitivo a la fuerza. Eso se viene notando en la evolución de sus propias reflexiones. Hace tres años, negaba por todos los medios jugar centrado en la delantera, algo que hoy él mismo anuncia en entrevistas: "Mi juego ha cambiado". Tampoco tiene tantos reparos en aceptar derrotas personales: "Creo que este año el Balón de Oro lo ganará Messi".

 

Quizá pensando en el que final está más cerca de lo que algunos piensan, Cristiano se prodiga cada vez más en apariciones fuera del negocio del fútbol y cerca de otros sectores. Siempre ha sido reclamo publicitario de bancos, firmas de ropa, relojes de alta calidad o máquinas deportivas de gimnasio, pero ahora quiere ser empresario: Hace pocos días firmaba un acuerdo con una conocida empresa hotelera de su país para abrir varios establecimientos. Y esta misma semana enseñaba su casa de lujo en la Finca de Las Rozas, como si de un agente inmobiliario se tratase. No pocos medios han interpretado ese vídeo del crack luso mostrando los encantos de su 'palacio' como una invitación por si alguien quiere comprarlo. ¿Se va a caso de Madrid?

 

En el club están muy atentos a su actitud y sus movimientos. No gustan nada sus reflexiones enigmáticas sobre el futuro y mucho menos cuando se encara con el público del Bernabéu. Y sus aires de hombre de negocios hacen pensar en que, quizá, una venta a tiempo podría hacer a la entidad merengue recuperar buena parte de la inversión que se hizo por él en 2009. Inversión que, por otro lado, ya lleva tiempo cubierta de sobra.