El crack del Barça que la directiva se está planteando traspasar

Uno de los símbolos del equipo barcelonista está siendo cuestionado por no rendir al nivel de su elevada ficha.

Dentro de la cumbre técnica que se ha celebrado en el Barcelona con el objetivo de planificar el futuro de la plantilla barcelonista, se ha abordado el nombre de un jugador, Andrés Iniesta, que genera dudas. Su peso en el equipo no guarda relación con su ficha (17 millones de euros) y acumula más recuerdos positivos del pasado que indicios de un futuro mejor. A pesar de su gol en el Bernabéu, Iniesta ofrece unos registros ofensivos muy pobres en las últimas temporadas a pesar de que su posición en el campo está muy próxima al área contraria.

 

Dentro del club existen diferentes corrientes de opinión sobre cómo encarar su futuro. El sector conservador de la directiva opina que forzar su salida a final de temporada sería una medida impopular que dañaría la credibilidad de la junta. Otro grupo importante de directivos prefiere afrontar el caso con valentía y asumir los riesgos, consciente de que lo que está por llegar de Iniesta no estará a la altura de su coste anual y que al final el tiempo les acabará dando la razón. Este grupo es partidario de un traspaso. A final de temporada Iniesta tendrá ya 32 años y a medida que pase el tiempo el beneficio que podría dejar su traspaso irá deduciéndose.

 

Nada está decidido sobre el futuro de Iniesta, del que se espera que hasta el final de la temporada pueda disipar las dudas y convencer a sus críticos de que no se le ha olvidado marcar goles ni dar asistencias, su asignatura pendiente en los últimos años. Iniesta tiene muy buena prensa. En Barcelona y lejos de Barcelona. Y eso es lo que frena al club a abordar su futuro con decisión. De momento, Bartomeu se encuentra entre los que prefieren seguir contando con Iniesta en el equipo, fundamentalmente por lo que representa y por su papel como nexo de unión entre el glorioso equipo de Guardiola y el victorioso de Luis Enrique. Pero también entiende a los directivos que analizan su rendimiento y no les salen las cuentas relacionándolo con su coste.

 

A punto de cumplir 32 años, Iniesta deberá pasar un examen en lo que resta de temporada. Al término de la misma, si los resultados no son satisfactorios, podría haber sorpresas con él.