El gran fracaso de Luis Enrique como técnico se llama Andrés Iniesta

Luis Enrique no consigue implicar a Iniesta en su estilo de juego y quien debería ser protagonista principal sólo es actor secundario: 0 goles y 0 asistencias en Liga.

La obligación de cualquier entrenador es sacar el máximo rendimiento de sus jugadores para obtener los mejores resultados. El apartado de resultados lo lleva bien Luis Enrique. También el del juego que despliega el Barcelona, vivo en las tres competiciones y máximo goleador y mínimo goleado en la Liga. También está ofreciendo el técnico asturiano unas buenas prestaciones sacando lo mejor de sus jugadores, especialmente de Leo Messi, que está al nivel de sus mejores épocas. Sin embargo, Luis Enrique es consciente de que tiene todavía una asignatura pendiente con un futbolista que no acaba de rendir al nivel que podría esperarse de él: Andrés Iniesta. El tema preocupa porque Iniesta no es un futbolista cualquiera.

 

El cambio de sistema en el Barcelona no ha beneficado a Andrés Iniesta. El Barça sigue luchando por mantener el control del balón, pero de otra manera, usando más el pase largo para aprovechar las virtudes y la velocidad de los tres hombres de ataque. Y Andrés Iniesta ha perdido protagonismo. Interviene menos y su contribución al juego del equipo pasa más inadvertida. Las pelotas le pasan por encima, no tiene la oportunidad de jugarlas y cada vez cuesta más verle en las paredes imposibles que protagonizaba en temporadas anteriores con Leo Messi. Y el reflejo de su rendimiento se ve en sus estadísticas: 28 jornadas de Liga, 17 partidos disputados, 0 goles y 0 asistencias.

 

El rendimiento de Andrés Iniesta, un centrocampista ofensivo o media punta, está muy lejos de lo que puede esperarse de un futbolista con su historial, con su prestigio y su cotización. Ha dejado de ser un jugador vital a convertirse en uno más, en uno de esos que sirve para completar la alineación.  "No siempre las cosas salen como uno quiere". Así se defiende Iniesta, que está convencido de que estamos ante una racha pasajera. Lo cierto es que ha pasado ya un año desde que marcó su último gol en Liga. Fue el 26 de marzo de 2014 ante el Celta, el día que cayó lesionado Víctor Valdés.  Ese día, además, dio una asistencia de gol a Leo Messi. Desde entonces, ni goles ni asistencias.

 

Un dato preocupante. En el último clásico ante el Real Madrid Iniesta dio a sus compañeros el mismo número de pases que el central Mathieu. Algo no funciona ahí. Luis Enrique es consciente y trata por todos los medios de implicar más a Iniesta en su estrategia de juego. Quiere que participe más, pero sin marear el balón en el centro del campo porque su apuesta se basa en las transiciones rápidas para sorprender al rival. Luis Enrique es un enamorado de Iniesta, confía ciegamente en él, pero no logra identificarle con su estilo de juego. Es la asignatura pendiente del técnico, que sabe que el Barça todavía puede mejorar el nivel de su juego si consigue que Iniesta participe activamente como protagonista estelar y no como actor secundario.