Benítez vs 'Lucho': Pulso entre dos víctimas de sí mismas (y sus clubes)

Primer enfrentamiento entre los dos entrenadores en un clásico que estará marcado por el diametralmente opuesto estilo de los dos equipos

Mucho se habla y se hablará (antes y después) del papel de los entrenadores en el clásico del próximo sábado en el Bernabéu. Para Rafa Benítez el partido llega casi como una final anticipada que podría marcar su futuro en el banquillo blanco. Si no a corto plazo, sí de cara a saber qué recorrido puede tener de aquí a los próximos meses. Dependerá mucho del resultado pero también de la imagen que den los jugadores en base a su estilo, que ni ha logrado convencer a todo el madridismo ni tampoco está mostrando unos réditos excelentes.

 

Y es que lo que veamos en juego motivará en gran parte la respuesta del Bernabéu, que quizá juegue un papel mucho más fundamental que otras veces en el partido. La grada no anda nada contenta con el juego -excesivamente defensivo, para muchos- de su equipo y además los resultados han ido dejando de justificar los planes de Benítez. La pírrica victoria ante el PSG (1-0) fue considerada casi un milagro y ante el Sevilla el sistema defensivo merengue se desmoronó, algo que se había atisbado ante el Celta en Vigo. Para colmo, el torrente de críticas y problemas fuera del terreno de juego contribuyen a generar un clima de pánico y malas sensaciones: Cruces de declaraciones con Ramos, el asunto de Cristiano Ronaldo y sus últimos 'desplantes' públicos, el caso de chantaje en el que se ha visto envuelto Karim Benzema...

 

Visto lo visto hasta ahora, no más normal es que el Barcelona monopolice el juego y la posesión durante la mayor parte del tiempo y que el Real Madrid espere en su propio terreno de juego intentando buscar contragolpes mortales. De la efectividad de esta táctica y de si esos contraataques son vertiginosos y terminan en las redes de Bravo dependerá la primera reacción de la grada. Si el Barça se adueña también de las ocasiones, el malestar no tadará en surgir. Y vistas las caras y las expresiones de los futbolistas, el cóctel puede ser un tremendo hándicap para Benítez, que pese a todo insiste en su fórmula: Defensa, orden y ayudas por encima de posesión y de ataque. 

 

En cuanto a Luis Enrique, se trata de un tipo de teórico gusto por el fútbol tradicional del Barça, el que llevó al equipo culé a los éxitos con los Cruyff, Rijkaard o Guardiola: Posesión y ataque, con un intento de presionar la salida de balón rival lo más posible para recuperar en campo contrario. Lo que el entrenador asturiano no ha conseguido llevar hasta la excelencia en estas dos campañas ha sido el nivel defensivo. A este Barcelona se le hacen ocasiones y se le marcan goles con relativa facilidad. Además, constantemente se pone en tela de juicio su criterio supeditada, supuestamente, a un elevada 'autogestión' de la plantilla, sobre todo tras algunos encontronazos con los cracks del vestuario culé el curso pasado.

 

De eso no está exento Benítez. Que colocase a Gareth Bale en el equipo titular sin apenas días de trabajo previo tras superar su lesión sólo es uno de los muchos ejemplos por los cuales ya se le ha enmarcado como 'hombre de Florentino Pérez', que según buena parte de la prensa hace y deshace las alineaciones. Se acusa al madrileño de tener las manos atadas con algunos nombres como el galés, Cristiano o incluso Sergio Ramos o James Rodríguez.