Un enemigo fuera del fútbol que últimamente ha perjudicado al Real Madrid
El equipo se ha visto salpicado por culpa de la pericia de las nuevas tecnologías
Hoy en día, para un futbolista es tremendamente complicado disponer de vida privada. Menos aún tras la irrupción de las nuevas tecnologías y las redes sociales, que al mismo tiempo que han permitido a todos los aficionados al fútbol acercarse más que nunca a sus ídolos han hecho que éstos tengan que tener más cuidado que nunca en cuanto a según qué cosas exhibir ante la gente. El jugador moderno es un anuncio ambulante, una fábrica de hacer dinero que debe fingir tener una vida tan normal como la de cualquier otra persona y al mismo tiempo medir lo que dice y piensa en cada segundo de su día a día.
También sobre el césped hay ya poco espacio para los secretos. Si antes era de sobra conocido pero casi nunca revelado lo que los defensores y los delanteros se "dedicaban" amistosamente en sus forcejeos en un saque de esquina, las cámaras ultra modernas y los miles de focos equiparados con la más alta tecnología han hecho que podamos casi adivinar qué se le pasa por la cabeza a un jugador en cada segundo que está en el campo. Sus gestos se analizan con detalle, se miden sus kilómetros recorridos y se magnifica cada palabra y cada mirada sobre los compañeros. Sólo de unos años a esta parte es normal ver cómo tanto jugadores como el cuerpo técnico de un equipo se tapan la boca para hablar entre ellos en los partidos. A tal nivel de exageración se ha llegado.
Muchas de estas nuevas prácticas directa e irremediablemente asociadas al fútbol le han pasado factura a varios jugadores del Real Madrid en las últimas semanas. Especialmente a Cristiano Ronaldo, criticado por parte de la prensa por anunciar un silencio prolongado hasta el final de la temporada por lo que él considera ha sido un trato injusto hacia su persona. Del portugués se ha sabido cada detalle de una fiesta privada por culpa de las redes sociales y se ha analizado cada palabra y cada gesto de frustración en los últimos partidos. Para un hombre con tanta personalidad como él, este tipo de juicios, justos o no, muchas veces resultan un problema.
A Cristiano le achacan algunos falta de visión al haber dicho que guardará silencio ya que será mejor "que explique lo que se quiere saber" acerca de las últimas polémicas que le han rodeado. Lo que parece que no se analiza es que la mayoría de ellas, al menos las que no han sucedido sobre el pasto, son sobre su vida estrictamente privada, hayan sido hechas públicas o no. Otro asunto completamente distinto son sus frases y gestos en el terreno de juego, que no nos pararemos a analizar pero que quizás sí deban ser estudiados por el protagonista ya que corresponden a un recinto expuesto al público en un evento social y de masas, y sabiendo el luso que sobre él están todas las miradas. Incluso aquellos que salgan de forma natural y que expresen frustración por un mal partido o un mal resultado.
Para el aficionado blanco debería ser bueno que Cristiano sienta rabia por no jugar bien o no ganar. "Nos cagamos todos" ó "Fondan-se" seguramente sean ejemplos de ese espíritu competitivo, pero que desgraciadamente pasan a ser de dominio público en esta perversa edad de las redes sociales.Y generan un debate que ha jugado en contra del Real Madrid.