Capos del vestuario del Barça atizan: "Así no se puede ganar"
La gestión de la entidad tiene a la plantilla contra las cuerdas
El globo de Josep María Bartomeu va camino de estallarle en los morros. Las voces más contrarias al presidente en la junta advierten de que el crédito del triplete se agota: en el club ni el más corto duda de que de no ser por la Copa/Liga/Champions hoy no estarían sentados en el palco. La gestión de Bartomeu y sus próximos ha tomado sendas peligrosas. Desde que el actual mandatario tomara las riendas del Barcelona, advierten desde dentro, la entidad ha iniciado un descenso prolongado que amenaza, especialmente, la parcela deportiva. Ejecutivos y ex ejecutivos aseguran que el segundo mejor Barça de la historia -después del de Guardiola- se está liquidando desde dentro por la 'mala praxis' de una Junta que ha tomado caminos que colocan contra las cuerdas al equipo que, en privado, no duda en alzar la voz: "Así no se puede ganar", afirma un miembro del staff a este medio.
El problema es mayor. Mientras desde el vestuario se pide savia nueva, refuerzos, en los despachos las prioridades no pasan por ahí. El club necesita recuperar el equilibrio financiero, acometer el Espai Barça y reducir la deuda en no menos de 50 'kilos' para cumplir con los Estatutos del club: el artículo 67 avisa que el saldo negativo neto de la entidad-328 'kilos'- no puede superar el ebitda del club multiplicado por 2,75 que en 2014-15 fue de 278 millones. La junta directiva de Bartomeu tiene dos años para reconducir unas cuentas que han tomado una tendencia preocupante en los últimos años. De lo contrario, y según recogen los propios estatutos, cualquier socio podría forzar su dimisión.
El Barcelona arrastra, además, una importante operación de mercado del pasado curso en el que la entidad invirtió hasta 157 millones. Nuevas incorporaciones con fichas elevadas -caso de Suárez- que dispararon el sueldo medio del equipo hasta cifras alarmantes con los pagos de los bonus/variables por la consecución del triplete, un 40% más. A esto se suman las generosas renovaciones del presidente en la previa electoral, entre ellas la del técnico que multiplicó por mucho su ficha bajo amenaza de dejar a ‘Barto’ tirado, o el ‘detalle’ a Xavi, quien cobró prácticamente la totalidad de su ficha del siguiente año en su despedida.
Por si fuera poco, la actual directiva se comprometió a no poner en marcha las obras del Espai Barça hasta que la deuda del club estuviera por debajo de los 200 millones de euros. Una promesa electoral con fechas que la junta debe encarar sí o sí. Pero que se está llevando por delante al equipo.