Lo que el vestuario del Sevilla no cuenta tras perder ante el City

De puertas hacia fuera están satisfechos por la imagen, pero están fastidiados por la derrota. Siguen las dudas tanto de los jugadores como de Emery

La cara del técnico Unai Emery después del partido era un poema. Estaba desencajado. Un reflejo de lo que se vivía en el vestuario.

 

El Sevilla tenía una oportunidad de oro para mantenerse con aspiraciones firmes en la Champions y con ese objetivo, el equipo mostró una imagen de buen juego y ambición. Empezó ganando, sufrió el golpe del empate con el tanto de Rami en propia puerta y acabó por los suelos con el gol de De Bruyne en el descuento.

 

Un resultado que puede dejar muy tocado a un equipo que pisa con paso muy irregular.

 

El partido de Champions ante un rival de entidad como el Manchester City era una excusa de peso para reivindicarse, pero, aunque los jugadores defiendan la buena imagen del equipo, en el fondo saben que lo que cuentan son los resultados y éstos no acaban de llegar.

 

Emery sigue dudando y esta inseguridad se transmite a la plantilla. El equipo parece atenazado por la presión de ganar y convencer y mucho más en una competición tan ilusionante como la Champions. No quieren volver a la Europa League y menos con “cara de tonto”, como expresaba el defensa Coke al término del encuentro contra el City de Pellegrini.