El Barcelona ve una provocación en las multas por las bengalas del Calderón
Bartomeu y su junta suspenden la asignatura de Relaciones Institucionales. Se lleva mal con todos.
La UEFA ha sancionado al Atlético de Madrid con una multa de 11.000 euros y al Benfica con otra de 20.000 por el lanzamiento de bengalas que se produjo desde la grada en el transcurso del partido que enfrentó a ambos equipos en el Calderón. La cuantía de las multas para una infracción del reglamento -las bengalas están prohibidas en los recintos- que puso en peligro vidas humanas ha acabado por convencer a Josep Maria Bartomeu de que al Barça le están tomando el pelo con premeditación y alevosía.
En el Calderón hubo violencia e inseguridad entre el público, pero se aplican multas menores. En el Camp Nou hubo exhibición de banderas y nada más. Y la multa que se lleva el Barça duplica la del Benfica y triplica la del Atlético. En el club azulgrana están convencidos de que han escocido más en la UEFA los silbidos al himno de la Champions como señal de protesta a la primera multa por lo de Berlín que la propia exhibición de esteladas. Pero también han entendido en el club que la UEFA ha pretendido provocar al Barça con el reparto desproporcionado de sus multas.
El comportamiento de los 35.000 barcelonistas que se desplazaron a Berlín para seguir en directo la final de la Champions League fue ejemplar, como ejemplar fue el Camp Nou durante la disputa del reciente Barça-Bayer. Entre los dos partidos 70.000 euros de multa por un simple problema de banderas. Lanzar bengalas sale más barato. Es normal que Bartomeu se suba por las paredes, aunque esta situación debió haberla previsto y anticiparse a los acontecimientos con una negociación más eficaz que la que ha llevado a la práctica. Las relaciones institucionales no son su fuerte. Ni FIFA, ni UEFA, ni Hacienda, ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado. Algo está fallando en el Barça, que se ha convertido en el club de los líos con frentes abiertos por todas partes.