Cuatro semanas para una muerte 'anunciada e inservible' en San Sebastián
Filtran un ultimátum a David Moyes pero... ¿cuánto costaría echarle? ¿Servirá de algo?
La derrota contra el Málaga (3-1) en la última jornada de Liga antes del parón por selecciones ha terminado con la paciencia de la zona noble de la Real Sociedad. Parecía que el empate en el derbi vasco había dejado una ligera sensación de mejoría, pero el equipo donostiarra volvió a su peor vestión (sin estilo, sin identidad, sin frescura en ataque y sin esa tan 'vendida' fortaleza defensiva) en La Rosaleda. Por eso, según cuentan desde 'Mundo Deportivo' en sus ediciones cercanas al equipo vasco, David Moyes ha recibido un ultimátum por parte de la directiva: tiene que cambiar el rumbo del equipo en los cuatro próximos partidos ante el Atlético de Madrid, el Levante, el Celta y Las Palmas.
Sólo si hay una reacción del conjunto donostiarra en este próximo mes tras el parón de selecciones, con victorias y otra cara en cuanto al juego, seguirá Moyes como entrenador. De lo contrario, el Consejo de Administración, con Aperribay y Loren a la cabeza (figuras que tampoco han aparecido públicamente para dar ninguna explicación sobre los problemas del equipo en lo que llevamos de temporada) cesará al técnico escocés sólo un año después de su fichaje.
El citado medio es tajante en este aspecto, pese a que fuentes cercanas a la actualidad de la Real habían dado pocas posibilidades de que se llegara a estos extremos, dado que David Moyes mantiene un contrato muy elevado con la Real Sociedad y despedirle costaría en torno a 3,2 millones de euros. Algo de lo que ya informamos en DB.
Por otra parte, la decisión de destituir a Moyes sólo 'alargaría' un problema mayor, que se remonta a los inicios de la pasada campaña. Cabe recordar que el británico llegó por sorpresa a la Real tras el cese de Jagoba Arrasate antes de las Navidades de 2014, debido a que por entonces la Real ya mostraba síntomas de crisis deportiva. No hay entrenadores en el mercado ni dentro de la casa con el perfil o los argumentos suficientes como para pensar en que, simplemente haciendo un cambio en el banquillo, cambiarán las cosas. O, al menos, eso es lo que percibe de forma sensible buena parte de la afición realista, que lleva tiempo mirando más allá de la banda. La situación no es fácil en San Sebastián.