La gran verdad sobre el Atlético que Simeone sólo reconoce en privado

El técnico está en conflicto. Duda en seguir con el estilo de juego de contragolpes y fortaleza defensiva u otorgar los galones a los futbolistas más técnicos y ser más ofensivo

El juego del Atlético de Simeone se encuentra en una crisis de identidad. Simeone sigue teniendo apego a su estilo clásico de rompe y rasga, a la gresca y a la contra, de fútbol en ocasiones agónico que apela en cada partido a la épica para buscar la victoria.

 

Y ésta ha sido la exigencia del Cholo desde su llegada al Atlético, pero ahora se enfrenta a otra situación. Al técnico le han traído jugadores con otro estilo y la cuestión reside si acepta el reto de renunciar a su forma habitual de jugar.

 

De momento, la opción de Simeone ha sido adoptar ciertos cambios tácticos, pero sin decidirse a dar el cambio definitivo y en este sí, pero no la figura más ilustrativa es Óliver.

 

El joven centrocampista posee una calidad técnica altísima y una capacidad organizativa para echarse a todo un equipo a la espalda, pero el técnico no acaba de otorgarle el mando. Y la prueba es que no ha finalizado aún ningún partido de los disputados en Liga.

 

Esta es la contradicción en que se encuentra Simeone y que reconoce a sus íntimos. El Cholo no se atreve a dar el paso a buscar más el juego posicional, el ataque pausado, y depender menos de la fortaleza física y defensiva.

 

Simeone duda entre seguir con el estilo que le ha dado éxitos al Atlético o cambiar a ese ‘rumbo a lo desconocido’, que, sin embargo, también puede ser de éxitos y que representa Óliver con la variante de jugar con tres delanteros. El problema es que mientras deshoja la margarita la competición sigue avanzando.