La confesión de Benítez: la respuesta más honesta a la crítica más dura

Rafa es muy consciente de su verdadero rol en el Madrid

Rafa está algo desencantado por su papel secundario, a la orden de Florentino Pérez, que se está encontrando en el Real. El técnico madrileño está empezando a comprobar de primera mano que tiene voz pero no voto en las decisiones clave del día a día, planificación y ejecución del proyecto blanco o, más recientemente, el afer De Gea: tras defender la continuidad de Keylor Navas, el técnico asistía impasible al traspaso -frustrado- del costarricense al United.

 

Benítez ha deslizado a sus colaboradores que intuye que su paso por el Madrid va a ser fugaz: cree que Pérez lo ha elegido como 'parche' y no como solución de futuro. A Rafa y su entorno no de le escapa que él era el último en las quinielas del presidente: Joachim Löw y hasta José Mourinho tienen preferencia para ocupara el banquillo blanco en cuanto lo soliciten.



Desde que aterrizó en Madrid, el pasado 2 de junio, el club sólo ha puesto a su disposición dos repescados, Casemiro y Lucas Vázquez, a los que se unen Cheryshev (terminada su cesión en el Villarreal). Danilo llegó con Ancelotti en el banquillo como Asensio y Ödegaard que han desparecido del primero equipo. Del delantero, ni rastro. Del lateral izquierdo, nada. Y para el medio centro defensivo, Kovacic, cuando Rafa quería a Arturo Vidal/Carvalho/Javi Martínez.



Un dato significativo: en el primer año de Pellegrini, Mourinho y Ancelotti el Madrid saltó la banca: se gastó 251 millones en nombres de relumbrón como Cristiano, Kaká, Benzema y Xabi Alonso. Mourinho recibió 68 millones en fichajes (Di María, Özil, Khedira...) mientras que Ancelotti vio cómo soltaban más de 176 'kilos' en nuevos nombres.



Con Benítez ocurre lo contrario: el madrileño se ha encontrado con los dramas de Ramos/Casillas/De Gea. La sensación que se desprende es que el crédito de Rafa Benítez en el cargo irá más reñido que nunca a los resultados: si a Ancelotti lo fulminaron por firmar un año en blanco y viniendo de ganar la Décima, Rafa tiene claro que solo los grandes logros -Liga/Champions- lo van a mantener en el puesto.



Aún así, Benítez encaja las críticas: van con el sueldo, explican. Sus desahogos son con los suyos. Para los de fuera todo perfecto, todo bonito, todo maravilloso aunque la oferta del Madrid no de más potestades que la de mero entrenador y alineador por tres temporadas. Nada de dirigir la cantera. Nada de decidir altas y bajas: eso es cosa de las alturas. Benítez aceptó porque entendió que es mejor alinear a Cristiano, Kroos y Bale, que ejercer de manager en el West Ham, el único club que quiso escucharlo después de que su representante lo ofreciera a media Europa con negativas por respuesta. Es más, los más críticos en el Real con el técnico advierten que Rafa habría pagado incluso de su bolsillo por sentar las posaderas en el banquillo blanco. Todo dicho.