Miedo a que a Luis Enrique le entre, sin Messi, un ataque de entrenador
Existe preocupación ante la posibilidad de que el técnico quiera mandar más de lo que debe aprovechando la ausencia del argentino.
Tanto en la cúpula directiva del FC Barcelona como en el propio vestuario no olvidan cómo fue el primer trimestre de la temporada pasada, cuando Luis Enrique quiso ser el líder único de la plantilla y situarse por encima de los jugadores. Las tensiones fueron en aumento, los jugadores estaban desorientados por sus constantes cambios de alineación y el punto álgido llegó cuando chocó directamente con Leo Messi en San Sebastián. Bartomeu intervino colocándose al lado del jugador y propagando a los cuatro vientos que en el Barça no hay más líder que Messi, contradiciendo una de las primeras manifestaciones de Luis Enrique en su toma de posesión arrogándose para sí el título de líder del vestuario. Fue una declaración de intenciones del presidente que el entrenador captó y asumió.
La situación pudo reconducirse gracias a la buena predisposición de los jugadores y a la aceptación de Luis Enrique de permitir la autogestión influyendo en menor medida en las cuestiones tácticas del equipo. Y llegó el triplete. Ahora, sin Messi en el equipo, existe preocupación, tanto en los despachos como en el vestuario, de que a Luis Enrique le dé un ataque de entrenador y se dedique a cambiarlo todo aprovechando que no está Messi para fiscalizarle. Bartomeu le ha pedido con buenas palabras que no toque demasiado, que lo que funciona no conviene modificarlo, y los jugadores esperan que no se vuelva loco cambiándolo todo con alternativas tácticas que no convengan al equipo.