Los 'otros' motivos por los que Guardiola dijo 'no' al palco del Camp Nou

Pep no olvida el maltrato al que fue sometido durante su última etapa en el Barcelona por parte de la directiva de Sandro Rosell

Pep Guardiola no olvida. Ni se vende. El maltrato al que fue sometido durante su última etapa en el Barcelona por parte de la directiva de Sandro Rosell y, muy especialmente, por la figura del hoy máximo mandatario del club, Josep María Bartomeu, Jordi Cardoner, vicepresidente del área social, Javier Faus, vicepresidente económico y Antoni Rossich, director general de la entidad en aquellas fechas, aún no ha sido depurado por un Pep que ha querido dejar clara su postura al barcelonismo que deberá elegir este mismo verano al nuevo presidente -"Nos ha dicho que estará con su familia", explicaba Bartomeu para escusar la cantada ausencia de Guaridola en la 'llotja'. 

 

Un Pep al que, aún hoy, se conoce como el 'otro' entre la actual directiva del Barça. Un despercio más de los que le abrieron la puerta de salida del Barça y Barcelona de para en par, del primero al último, los mismos ante los que declinó amablemente presenciar el encuentro entre Barça y City desde el palco del Camp Nou en su regreso a un club que sigue en manos de los grandes responsables de su extraño final como azulgrana. "Me fui a 6.000 kilómetros de distancia y pedí a la directiva del Barça que me dejaran tranquilo, y no han cumplido su palabra", llegó a recriminar Guardiola a la Junta aún presidida por Sandro Rosell. La caza al hombre fue total.



"De Guaridola se dijeron auténticas barbaridades. Desde que tenía un afer con Estiarte. Hasta que era una 'vedette'. Lo de que meaba colonia es de lo más ‘light’ que han soltado Rosell y los suyos", afirma un ex vicepresidente del FC Barcelona a este medio. "La única obsesión de la actual directiva era cargarse todo lo que olía a guardiolismo. No pararon hata echar a todos los hombres próximos a Pep", apunta la misma voz.

 

Manel Estiarte, Domènec Torrent, Lorenzo Buenaventura y Carles Planchart, que ahora forman parte de su staff técnico en el Bayern. Emili Ricart o el utillero Chema Corbella. Todos fueron invitados a salir del club o fueron desapareciendo de la entidad tras la marcha de Pep. Por no seguir, no siguen ni el que fuera director deportivo, Andoni Zubizarreta, el responsable del fútbol base, Guillermo Amor, ni el técnico del filial Eusebio. Hasta Paco Seirulo está apartado del primer equipo. Otros cargo intermedios/ejecutivos de confianza de Guardiola en la entidad también fueron llamados a consultas y despedidos sin más.



Sí al Calderón

Por contra, Guardiola no tuvo ningún problema en presenciar el Atlético-Bayer Leverkusen desde el palco del Calderón, detrás del ministro de Justicia, Rafael Catalá, el presidente del Atlético, Enrique Cerezo, y el del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. En el caso del Barça, y tal y como informó el FC Barcelona, declinó estar en el palco del Camp Nou y ocupó su localidad de abonado. El único sitio en el que Pep se siente cómodo con esta directiva.