Emery pide la cuenta a los señalados del vestuario: Los 'divos', a escena

Los delanteros y Konoplyanka deben sacar las castañas del fuego al equipo

Unai Emery vive sus días más complicados como entrenador del Sevilla en mucho tiempo. Ni sus éxitos recientes en Europa están sirviendo para que no se lleve parte de los 'palos' por el malísimo arranque del equipo esta temporada, en el que salvo la victoria en Champions ante el Borussia Mönchengladbach casi todo han sido pésimas noticias. La derrota por 2-0 ante Las Palmas, con una versión del conjunto sevillista absolutamente paupérrima, ha aumentado las dudas sobre la calidad de la plantilla y el rendimiento de los nuevos jugadores.

 

Y es que, sobre todo, los importantes no están rindiendo como se esperaba. Los delanteros especialmente. Entre el italiano Immobile, Fernando Llorente y Kevin Gameiro el Sevilla apenas acumula tres goles marcados en la Liga, dos de ellos desde el punto de penalti. Excepto el riojano, que marcó de jugada el pasado fin de semana en casa ante el Celta, los otros dos protagonistas de una línea de ataque que está sufriendo como nunca sin el colombiano Bacca no están dando el nivel.

 

En concreto, preocupa la situación de Immobile, que puede convertirse en una de las excepciones más famosas del director deportivo Monchi en cuanto a aciertos. Va camino de ser un fracaso sonado. Todavía no ha marcado como sevillista (ni en pretemporada) tras ser prácticamente 'rescatado' del Borussia Dortmund este verano. Allí no le querían y de momento parece que conoce casi más la noche andaluza que las redes de las porterías de Nervión.

 

Por si fuera poco, algunos de los pesos pesados del pasado curso no están al mismo nivel que hace meses y las lesiones no ayudan. Empezando por Banega y siguiendo con toda la línea defensiva de los de Emery, que por otro lado todavía no ha conseguido sacar lo mejor del ucraniano Evgen Konoplyanka. El futbolista más prometedor del Sevilla esta temporada será uno de los que tengan que tirar del carro para solventar la situación, parecida a la que estuvo a punto de dejar al técnico vasco fuera del equipo hace ya muchos meses y que tornó hasta la consecución de la primera Europa League del último ciclo de éxitos sevillistas.