Los refuerzos que ya no pide (exige) Luis Enrique para enero

El técnico avisa de que necesita refuerzos para enero, pero el presidente le recuerda que con esta plantilla ganó el triplete.

Las cuatro primeras victorias en los cuatro primeros partidos de Liga taparon las carencias de la plantilla del Barcelona de puertas para afuera, aunque para Luis Enrique nunca ha sido ningún secreto que repetir los éxitos de la temporada anterior era una misión imposible sin los refuerzos adecuados. La goleada del Athletic en la Supercopa y el empate de Roma fueron un aviso. Pero es que además tampoco el Barça ha conseguido solicionar este año sus partidos con holgura. Y lo de Vigo se veía venir.
 
Luis Enrique viene avisando desde el mismo día de la presentación del equipo. Asume la prohibición de realizar fichajes hasta enero, pero tampoco ve movimiento en el club para pensar que resistiendo hasta enero las cosas puedan cambiar en el tramo final de la temporada con refuerzos que potencien el nivel actual de la plantilla. Si hasta ahora Luis Enrique pedía fichajes, ahora los exige. "Tengo las alternativas que tengo", volvió a repetir ayer refiriéndose al banquillo, pobre, muy pobre, que tenía en Balaidos. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Luis Enrique empieza a avisar de que hace lo que puede y que con lo que tiene no puede hacer más. No puede estar el Barça viviendo permanentemente en la cuerda floja esperando que aparezca San Messi en todos los partidos para que le solucione sus problemas. Messi tiene que estar mejor arropado.
 
 
Mascherano se hace mayor en una posición que no es la suya. Su permanencia en el centro de la defensa no es más que el reconocimiento de que las cosas se han hecho mal, porque él nunca ha sido central. Mathieu no acaba de implicarse ni asentarse en un vestuario en el que se le ve como a un bicho raro. No tiene ADN Barça y está sentenciado. Vermaelen ha vuelto a desaparecer. Douglas, como si no estuviera.  Y Bartra no le gusta. Es evidente que el centro de la defensa precisa una cara nueva que aporte solidez defensiva. También quiere a un delantero que pueda permitir rotaciones a los tres intocables de delante. Y un centrocampista que haga de Xavi, que se ha ido y nadie ha cubierto su baja. Luis Enrique siempre ha querido a Koke, pero su precio es prohibitivo.

 

Luis Enrique pide y exige, pero sabe que no le van a hacer caso. La economía no está para grandes dispendios. Y la prueba es la prisa que le entró a Bartomeu por vender a Pedro. Los balances precisaban del ingreso del jugador canario para afrontar la temporada, aunque los intereses deportivos circularan en otra dirección. No hay dinero y Luis Enrique ya ha sido informado de que tendrá que apañárselas con lo que tiene. Le dicen que con esos jugadores ha ganado el triplete, pero Luis Enrique no traga.