CONFIDENCIAL: El secreto mejor guardado de Messi y Suárez, al descubierto
El crack argentino y el astro uruguayo son grandes amigos fuera del terreno de juego y eso se nota dentro del campo
El Barça vive de su tridente. Messi, Neymar y Luis Suárez son tres de los delanteros más mortíferos del planeta y son los claros protagonistas del conjunto de Luis Enrique. El técnico azulgrana está encantado con su rendimiento y sabe que son sus grandes armas para seguir haciendo historia en el club.
Desde la llegada del ex del Liverpool al Camp Nou, Messi ha recuperado la sonrisa. El crack argentino ha encontrado en el uruguayo a un compañero, un cómplice, un amigo con quien compartir grandes momentos fuera de los terrenos de juego y el equipo lo está notando. Su excelente relación no ha pasado desapercibida en el vestuario y, Neymar, la otra gran estrella del grupo no ha dudado en unirse a la dupla. El brasileño siente gran admiración por Leo y quiere seguir aprendiendo para, en un futuro, recoger el testigo del mejor futbolista del planeta.
El buen 'rollo' que reina entre los cracks barcelonistas esconde un secreto. Su círculo más íntimo comenta que la reacción del Barça en Anoeta coincidió con las primeras quedadas de los tres astros suramericanos.
Para tratar de reconducir la situación, el '10' invitó a toda la plantilla a su casa para disfrutar de un buen asado. La velada fue el punto de inflexión en la temporada y, a partir de ese momento, la dinámica culé cambió totalmente.
El de Rosario no volvió a pisar el banquillo y el Barça comenzó a ganarlo todo. Con Leo feliz empezó una nueva tradición: Los asados argentinos de Messi. Desde entonces, el albiceleste invita una vez a la semana a Luis Suárez y Neymar a disfrutar de su plato predilecto.
Estas quedadas hicieron que los tres atacantes estrechasen lazos y fruto de ello el cuadro de Luis Enrique arrancó. Las dudas se disiparon y el combinado culé acabó levantando el triplete.
Según cuenta el delantero a su círculo de amigos más cercano, la llegada del internacional uruguayo le devolvió la ilusión y sus números así lo demuestran. El rendimiento del rosarino ha experimentado una mejoría sensible y nadie se atreve a vaticiar su techo. Mucho más participativo en el juego, generoso y sin perder su tremendo olfato goleador, Messi ha vuelto a lo grande y vuela hacia su quinto balón de oro.