Alta tensión en el regreso de la expedición blaugrana a Barcelona

Después de otro penalti escamoteado en Roma, los jugadores están hartos de los árbitros y de la postura de resignación de Bartomeu y la directiva.

El trato arbitral que está recibiendo el FC Barcelona en este inicio de temporada no es normal en opinión de los integrantes de la plantilla barcelonista, que considera que el equipo está siendo ninguneado tanto en la Liga española como en la Champions League. Si en las tres primeras jornadas de la competición liguera los árbitros han dejado de señalar seis penaltis en las áreas rivales, anoche se repitió la historia en Roma con un derribo de libro a Suárez dentro del área que el colegiado no quiso ver.

Los futbolistas del Barça empiezan a estar hartos de la situación y no ocultan su asombro ante la actitud del presidente y la directiva frente a estos hechos. Callan y, por tanto, otorgan. A los jugadores les hierve la sangre, pero Luis Enrique les ha prohibido quejarse públicamente recordándoles que estas cosas son trabajo de los directivos. Pero los directivos no dicen nada, asumen el castigo de los árbitros y callan. Los jugadores consideran que a los intereses del equipo le iría mejor que Bartomeu diera un golpe sobre la mesa para hacerse respetar. Pero esa no es la línea del presidente, que acepta con resignación los castigos arbitrales como si se tratara de las plagas d Egipto. El problema es que su actitud no es compartida por la plantilla, que considera que el presidente no está a la altura de un equipo que viene de ganar el triplete.

Anoche, en el vuelo que trasladó a la expedición del Barcelona de Roma a la ciudad condal el ambiente de crispación podía cortarse con un cuchillo.