La jugada no contada de Van Gaal (y crucial) la noche del 31 de agosto

De Gea encontró en el United lo que le faltó en el Madrid

Van Gaal es un ogro bueno. El técnico holandés tiene un pronto malo, pero cuida a los suyos como el primero. Louis ha sufrido como el que más con la situación de De Gea en Manchester hasta el punto de mediar en Old Trafford en contra de su voluntad para que se diera luz verde al operativo de salida por los argumentos personales que David ha repetido con una latiguillo en los últimos meses: regresar a Madrid para tener un día a día con su pareja Edurne. No había más.

 

Una decisión, la de la marcha del ex del Atlético, acordada y consensuada en la última semana que dejaba la pelota en el tejado del Real. El técnico, lejos de lo filtrado a favor de obra en España, convino con el guardameta dejarlo fuera del equipo -nunca como castigo- hasta que su situación quedara clarificada, una decisión que contó con el apoyo del grupo y la aprobación de un De Gea que prefería evitarse el trago de defender unos colores que cambiaría en cuestión de semanas.



La noche del 31 de agosto, con el United aceptando la propuesta económica por De Gea que vivió el serial desde la casa de su pareja, Edurne, en la Sierra de Madrid, Van Gaal fue el primero en descolgar el teléfono para advertir al portero que la información que le llegaba del Manchester era que el Madrid se estaba tomando los movimientos finales con una calma muy peligrosa. Una realidad que refrendaron los acontecimientos posteriores y que vino seguida de una última comunicación en la que el holandés transmitió toda su confianza al portero al que le dijo que esperaba con los brazos abiertos. Un apoyo en uno de los peores momentos deportivos de De Gea por sentirse engañado, que ha sido clave para terminar dando luz verde a su renovación con el club de Old Trafford.