La 'sinceridad' de Piqué empieza a molestar en la clase dirigente del Barça
La zona noble el Camp Nou no cree que la mejor forma de parar la espiral generada contra Piqué sea declarándose antimadridista visceral.
Gerard Piqué triunfó por todo lo alto en la rueda de prensa que ayer concedió para explicar su situación en la selección española y la reacción del público español hacia su presencia en ella. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con lo expresado ayer por el central barcelonista, pero lo cierto es que a nadie ha dejado indiferente. Al margen del sentido del contenido de lo que dijo, Piqué triunfó en las formas, en su pose informal, en la sencillez de su discurso, en la coherencia de su mensaje, en su actitud optimista y constructiva...
Y eso precisamente es lo que empieza a molestar en el equipo de Josep Maria Bartomeu. Para algunos directivos Piqué, que ya ha repetido en varias ocasiones, que su sueño es llegar un día a presidir el Barça, empieza ya a ejercer de presidente, a marcar la línea y a delimitar entre el bien y el mal. Hasta aquí sí. A partir de ahí no. El protagonismo ascendente que va acumulando Gerard Piqué es considerado por un amplio sector de la directiva como un claro error de estrategia que sólo puede perjudicar al jugador y al equipo, que, de no parar la espiral en la que Piqué está metido, será mal recibido en la mayor parte de los campos de España. Bartomeu y los suyos consideran que no es acertado darle vueltas al tema y menos declarar públicamente un antimadridismo que deja pequeña la indignación que en su momento pudo provocar con Kevin Roldan. El detalle de Casillas y las flores, lo de la camiseta de Buffon, lo de los cuatro goles... Piqué se ha excedido en opinión de la zona noble del Camp Nou, que ve en él a un nuevo Pep Guardiola convertido en otro símbolo que está por encima del bien y del mal.
El club considera que un jugador que pertenece al actual campeón de Europa no debe recurrir al populismo ni al victimismo, detalles que podrían definir a un club pequeño, pero nunca al detentador del triplete.