Vuelven las diferencias que separan a Luis Enrique de la directiva

Cinco lesiones musculares en apenas dos meses. Luis Enrique tiene muy claro cuál es el origen del problema.

Cuando Luis Enrique renovó su contrato por el FC Barcelona, poco antes de irse de vacaciones y de que Bartomeu ganara las elecciones, consiguió asegurarse una importante mejora salarial y una ampliación de su poder hasta cotas absolutas, pero también aprovechó para mandarle un recado a Bartomeu mientras firmaba: "el triplete se empezó a ganar en la pretemporada. No hubo giras y dedicamos el verano a preparar a conciencia el año". Era un aviso para navegantes. Fue un año de pocas lesiones y el equipo manifestó un poderío físico espectacular en el último mes de la competición. Luis Enrique le recordó a Bartomeu que no juegue con fuego y que evite a sus jugadores giras engorrosas que sólo sirven para ampliar el número de inquilinos en la enfermería y para trastocar sus planes con la preparación física.
 
 
Bartomeu escuchó y asintió. Pero la gira por Estados Unidos ya estaba programada y el club no podía echarse atrás. Eso lo entiende Luis Enrique y de puertas para afuera se ha mostrado como un hombre de empresa, siempre ha manifestado que el club necesita ingresos y vender su imagen en el exterior y que entiende lo de las giras. Pero el berrinche del técnico se ha producido en días pasados, cuando se enteró de que el departamento de Márketing estaba estudiando los detalles de la gira del próximo verano por Asia. Luis Enrique se ha mostrado inflexible y se niega en redondo a llevar a su equipo por tierras asiáticas en el mes de julio. Quiere repetir el próximo verano la experiencia del año pasado. Un amistoso en Noruega, otro en Gran Bretaña, ante equipos menores, y otro en Suiza ante un rival de más talla. Equipos ideales para los objetivos marcados por el técnico y en un ambiente "fresquito" para trabajar a conciencia que nada tiene que ver con las calenturas de los países asiáticos en esas fechas.
Luis Enrique no transige. Si él dice que no hay gira, no hay gira. Bartomeu está intentando solucionarlo, aunque no sabe qué decir a los compromisos que esperan ansiosos la aparición del Barça por esas tierras el próximo verano.
 
 
El razonamiento de Luis Enrique es claro. A la Supercopa de España llegaron muertos y el vía crucis de lesiones amenaza con dejar al equipo descabalgado de la Liga en el mes de diciembre. Y no será porque Luis Enrique no haya avisado.