Raúl García, una manera diferente de entender el fútbol en nuestro tiempo

En el mundo del fútbol estamos acostumbrados a recordar a aquellos jugadores fantasiosos. Futbolistas llenos de magia cuyas actuaciones sobre el césped traían consigo regates espectaculares o goles imposibles. Pero un equipo no solo se construye con grandes tintes de calidad, también hace falta currantes. Hombres que priman el bien colectivo por encima de todo, y que acaban siendo líderes dentro y fuera del terreno de juego. Raúl García Escudero es un claro ejemplo de ello.

Criado nada más y nada menos que en el Tajonar, Raúl García “mamó” desde pequeño ese fútbol del norte, un fútbol aguerrido, de lucha, de no dar un balón por perdido…, en definitiva, un fútbol solidario. El Sadar fue testigo de sus primeros pasos en la primera división con tan solo 18 años, allá por el 2004. Allí coincidió con jugadores como Javi Martínez o César Azpilicueta, a los que su entrenador, el ‘Cuco’ Ziganda, alababa de esta manera: “A la calidad que tienen se suma el carácter típico de Osasuna de toda la vida, de entregarse cien por cien siempre, hasta no poder más”.
Tras varias intentonas, finalmente el Atlético de Madrid consiguió sacarle de tierras navarras para hacerle recalar a orillas del Manzanares. Al principio, sus actuaciones en el equipo rojiblanco no terminaron de convencer y volvió cedido una temporada a Osasuna, para posteriormente regresar al Vicente Calderón más fuerte que nunca.

La llegada de Diego Pablo Simeone al banquillo colchonero supuso un antes y un después en la carrera de Raúl García. El ‘Cholo’ implantó en el Atleti una filosofía de juego que se vio claramente representada en la figura de Raúl, que se convirtió en la mano derecha del técnico argentino y su prolongación sobre el terreno de juego.
Raúl García hizo válida aquella frase que un día pronunció Sergio Ramos: “Tus huevos, muchas veces, cuentan más que la calidad”. ¡Qué razón tenía el de Camas!, y hay que ver los duelos que nos han regalado ambos futbolistas en esos apasionantes derbis madrileños a cara de perro, en los que más que jugadores parecían auténticos gladiadores.

Su garra, su competitividad y su lucha dentro del césped generaron cierta polémica en torno a su figura como futbolista, convirtiéndole en objeto de duras críticas. “Cuando lo tienes de rival es un tío muy pesado, porque vive los partidos con mucha intensidad. Pero cualquier entrenador y jugador querría tenerlo en su equipo, porque lo da todo en el campo y se hace querer dentro y fuera de él”, explicaba Ion Echaide, excompañero de Raúl durante su segunda etapa en Osasuna.

Pero él siempre hizo caso omiso a dichas críticas. Ese es su modo de entender este deporte, y nos ayudó a ver que el fútbol es más que un bonito dribling. Su trabajo y su entrega le han llevado a defender el escudo del Atlético en 329 ocasiones, a superar a auténticos mitos como Gárate, a ser el jugador que más veces ha vestido esa camiseta en competición europea, a llegar a la Selección Nacional absoluta y, sobre todo, a levantar grandes títulos. “Es un ejemplo vivo del esfuerzo, del trabajo y del querer”, así lo define Simeone.

No cabe duda de que con el paso del tiempo, Raúl García se ha convertido en todo un símbolo para la parroquia atlética, y tras conocerse su salida del club, sus compañeros y entrenador no han escatimado en elogios: “Para nosotros era más un amigo que un compañero. Yo le doy las gracias por la forma en la que me trató siempre”, aseguró Koke, uno de sus principales apoyos en el vestuario del Atleti.
Ahora, Valverde y el Athletic le han planteado un nuevo reto, y él lo ha aceptado. San Mamés espera ansioso el poder verle jugar sobre su verde manto. No va a necesitar la típica adaptación de todo futbolista que llega a un nuevo equipo. Raúl García es uno de los suyos, un luchador, un guerrero,…un león que seguro dejará huella en la Catedral.

Carlos Garrido Marqueño (@carlos_vianos)

Video: Lo mejor de Raúl García en el Atlético de Madrid