Van Gaal es tan orgulloso que se ha metido en un lío sin salida con De Gea

El técnico sigue dejándole fuera de las convocatorias sistemáticamente y no se da cuenta de que eso da alas al Madrid

Louis van Gaal, entrenador del Manchester United, volvió a dejar fuera a David de Gea para el choque de vuelta de la previa de Champions League ante el Brujas belga. La quinta vez consecutiva que lo hace, dejando claro que el guardameta español, cuyo fichaje por el Real Madrid sigue en el aire, ni está con la cabeza en el equipo inglés ni tampoco cuenta ya con su beneplácito personal para seguir siendo el líder bajo palos de la meta de Old Trafford, donde se hizo 'mayor' en las dos últimas temporadas.

 

A través de esta posición de fuerza, aderezada con los titulares que el holandés ha ido dejando en cada conferencia de prensa ("él es el que no quiere jugar, no le veo centrado" o "No vamos a venderle al Madrid"), lo que Van Gaal ha conseguido, en realidad, es meterse en un callejón sin salida. El Manchester United, probablemente miedoso ante la reacción de sus aficionados por la venta, una más, de una de sus estrellas al conjunto blanco (De Gea fue insultado hace pocas fechas por este motivo en el palco de Old Trafford), intenta mostrarse impasible ante la situación, incluso dejando entrever que está dispuesto a dejar al portero todo un año en la grada con tal de conseguir lo que quiere: Entre 40 y 50 millones de euros.

 

Pero, tener a un jugador así cuando en enero puede decidir su futuro libremente y, por tanto, por el que el club no verá un duro si eso sucede, y que además estaría en una situación absurda ante la hinchada si se queda y no juega no es precisamente una buena solución para el Manchester United. Por eso, los Diablos Rojos tendrán que encontrar una salida a la situación más tarde o más temprano.

 

Mientras tanto, el Madrid desliza que renuncia al fichaje por el silencio del United. Una táctica destinada a dejar al club inglés pensativo, con la pelota en su tejado. El asunto obligará a ambas partes a sentarse y arreglarlo antes del 31 de agosto. Y, mientras tanto, un De Gea nervioso y que aprieta a su agente, Jorge Mendes, espera con impaciencia.