Un lustro de clásicos (I): 2010-2011, la 'ormenta que acabó en guerra
DB analiza todo lo que ha sucedido en el último quinquenio de partidos entre Barça y Real Madrid
Estamos a siete días de vivir un nuevo clásico entre Barça y Real Madrid. Uno más. Apodados casi siempre como los "partidos del Siglo", muchas veces la expectación que generan los duelos no va del todo en consonancia con la importancia real en puntos de los mismos. Pero ésta vez sí. Del partido del próximo domingo (21:00 horas, Canal+) saldrá un equipo líder de la Liga y reforzado y otro sumido en más dudas que nunca. En Don Balón aprovechamos para repasar los momentos más importantes y de mayor tensión entre las dos entidades futbolísticas más grandes del planeta en los últimos cinco años, empezando por el que fue el inicio de una era: La era Mou-Pep.
El primer encontronazo entre ambos equipos se produjo a finales de noviembre en el Camp Nou. El Madrid era líder con 32 puntos y el Barça segundo, con 31, después de 13 jornadas. En su primer envite de aquel año, los culés le endosaron una histórica 'manita' al equipo blanco, en una exhibición de juego que el conjunto merengue no pudo frenar. Xavi, Pedro, Villa en dos ocasiones y el canterano Jeffren completaron el 5-0. Mourinho compareció ante los medios tranquilo, reconociendo que había sido "la peor derrota" de su carrera, pero anunciando venganza: "Igual volvemos aquí este año".
Hubo que esperar cuatro meses para el siguiente asalto. Ya era 2011. Sin embargo, lo que sucedió entre el 16 de abril y el 4 de mayo de aquel año iba a ser, probablemente, el periodo más turbulento de relaciones institucionales entre las dos entidades más importantes del fútbol español. La suerte quiso que el Madrid y el Barça tuvieran que jugar cuatro veces en apenas 18 días, a un partido cada menos de cinco días, con una final de Copa y unas semifinales de Champions de por medio y un encuentro decisivo de Liga para abrir boca. Recordándolo ahora, cuesta volver a imaginarlo. La prensa bautizó el maratón de encuentros como la 'tormenta de clásicos'. Tormentosa resultó tanto en el césped como en las salas de prensa. El primero de los duelos deparó un empate (1-1) en el Bernabéu, que prácticamente dejó el campeonato doméstico sentenciado a favor del Barcelona. Messi y Cristiano Ronaldo pusieron las tablas desde los puntos de penalti.
El ganador psicológico de aquel partido fue el Real Madrid, que para muchos acudía como víctima tras la debacle de la primera vuelta. Raúl Albiol fue expulsado y Mourinho pidió en la sala de prensa jugar alguna vez con once futbolistas frente a los azulgrana. Guardiola, que había evitado contestaciones al portugués durante toda la temporada no quiso entrar al trapo. Cuatro días después, el Real Madrid se alzó con el título copero 18 años después en un encuentro tremendamente duro y disputado, con un tanto de Cristiano Ronaldo de cabeza tras una prórroga. Era el fin a una racha de seis clásicos y tres años sin vencer para los blancos frente a su eterno rival. Hubo juego duro y peleas en el campo, y un tanto anulado a Pedro por un fuera de juego milimétrico pero acertado, detalle que Guardiola no pasó por alto en la rueda de prensa posterior.
Mourinho no iba a dejar pasar aquel dardo y contestó: "Hay entrenadores que se quejan de los árbitros cuando fallan y otros que no lo hacen. Pep se ha inventado una nueva figura de entrenador: El que critica los aciertos del árbitro". Guardiola, entonces, explotó. Justo antes del tercer enfrentamiento entre ambos, en la ida de semifinales de la Champions, soltó la famosísima rajada. "Mou es el puto amo, el puto jefe. Aquí (en la sala de prensa) ya ha ganado. Nos vemos en el campo".
La Champions League puso el punto y final a días que, incluso reconocido por aficionados de ambos equipos, terminaron siendo desagradables. Messi hizo un doblete en el Bernabéu en el primer asalto de la eliminatoria y finiquitó el pase del Barça a la final, que luego acabaría ganando ante el Manchester. Minutos antes del primer tanto de aquel encuentro, el Bernabéu había estallado ante otra expulsión en un clásico. Pepe esta vez, por una entrada sobre Alves. Mourinho fue expulsado por protestar. Tras el partido salió a hablar ante los medios y protagonizó uno de los instantes que más se recordarán en la historia de los clásicos. El famoso "¿Por qué?," repetido múltiples veces, mientras denunciaba la actuación arbitral y lo que consideraba un trato de favor reiterado al Barça por parte de la UEFA. Aquello le costó una sanción.
La vuelta terminó con empate de nuevo (1-1), pero ya poco importaba lo que sucedía sobre el césped. Con una guerra abierta desatada entre el luso y los medios, en la que ya se habían producido varias ausencias del técnico en favor de su segundo entrenador, Aitor Karanka, la 'tormenta de clásicos' tuvo como colofón amenazas mútuas de denuncia por parte de ambos clubes por la tensión física y verbal acontecida aquellos días, sin duda difíciles de repetir y de olvidar.