Un capitán del Barça se fue a por Luis Enrique tras caer en San Mamés

El grupo inivita al técnico a volver a ser el Lucho de la segunda vuelta

Luis Enrique tiene crédito, pero con condiciones. El vestuario, los pesos pesado, le dieron luz verde el pasado curso arrastrados por la corriente del triplete, pero en el equipo nadie olvida al Lucho de la primera vuelta con alineaciones cambiantes, posiciones sacadas de la manga y mil desajustes que llevaron a jugadores como Piqué a espetar que "ni él sabe a lo que juega" y a otros a afirmar que "es el peor técnico que he tenido en mi vida".

 

Las últimas decisiones tácticas del asturiano han disparado las alarmas en al caseta, especialmente entre los capo del grupo con Messi, Gerard, Iniesta, Busquets y Mascherano. Los cuatro capitanes más un tercer hombre, Piqué, con galones para poner la venda a la herida antes de que se produzca la herida. El desencanto del grupo con Luis Enrique vuelve a aflorar en el vestuario. La alineación del técnico para el encuentro antes el Sevilla en la Supercopa de Europa descolocó al personal que tuvo que redoblar esfuerzo para tapar las carencias de jugadores verdes, descolocados o desubicados que estuvieron cerca de dar un disgusto al equipo.

 

Mascherano, que se mostró muy crítico tras levantar el título europeo en Georgia, fue en el encargado de mantener una charla amable con Luis Enrique tras repetir jugada en San Mamés. El cuarto capitán, pero con galones de primero, y hombre de confianza de Messi en el vestuario, trasladó las dudas de estoa pesos pesados al técnico por las decisiones en el los dos partidos de Supercopa que, al entender de la mayoría, habían matado al Barcelona. Si bien ante el Sevilla se salvaron los muebles sobre la bocina, San Mamés dibujó lo que era una advertencia a gritos: el Barça tiene, hoy por hoy, un once tipo, salirse de ahí es jugar con fuego.

 

El 'jefecito' que, aparte, vive en primera persona los dramas en la última línea defensiva incidió en la dificultad de lidiar con jugadores menos bregados, que generan continuos desajustes en partidos clave, a cara o cruz, como ambas finales, para invitar a Luis Enrique a volver a establecer la lógica, como hiciera en la segunda vuelta de la temporada, clave para lograr Liga, Copa y Champions. Un 'aviso' que cuenta con el apoyo de Iniesta, Piqué y compañía que también tuvieron apartes con el asturiano tras la debacle de San Mamés apuntando su preocupación. El único que sigue guardando las distancias con Luis Enrique es Messi que espera la reacción del técnico tras las 'sugerencias' del grupo para levantar el teléfono.