Las cuatro claves de la victoria del Real Madrid ante el Schalke

Sin exageraciones, además de dejar encarada la eliminatoria, hay síntomas de mejoría

Los jugadores del Real Madrid habían asegurado que el resultado de la pasada temporada en Gelsenkirchen no se repetiría y así fue. El equipo volvía a la Champions con dudas y ausencias importantes, algunas en cuerpo y otras sólo en mente. Preocupaba especialmente el estado del tridente de delanteros que había dominado Europa hasta hace sólo unos meses, y sobre todo Cristiano Ronaldo. Se puede concluir que fue una buena noticia que encontrase el gol, pero lo mejor para el Madrid fue comprobar que los daños son reparables. Palparse tras las abolladuras de enero y febrero e ir lamíendose las heridas, sobreviviendo en busca de tiempos mejores y más decisivos. El 0-2 casi sentencia la eliminatoria y aunque no muestra que el mejor Madrid, el de septiembre, octubre y noviembre, haya vuelto, sí ofrece la sensación de que la tendencia a la baja es reversible cuando vuelvan los lesionados.

ORDEN DEFENSIVO

Tras un inicio en el que el equipo de Ancelotti intentó mantener la posesión y mover la pelota con la velocidad de sus mejores días, el encuentro bajó de ritmo y se aletargó al tiempo que el Madrid aminoró la intensidad. Sin embargo, se jugó mucho más en el campo del Schalke y se recuperó la pelota más veces en territorio contrario que en los últimos partidos. Mucha culpa de esto la tuvo el regreso de Pepe. La intensidad y el orden defensivos habían bajado desde los inicios de 2015 y suponían un problema, en goles encajados y en posesión, para un equipo que vive de mantenerse ordenado para no desajustarse en un sistema en el que son fundamentales las ayudas. Con Pepe la defensa se adelanta, se gana un líder que muerde en las acciones al corte y el equipo entero gana capacidad para desplazarse hacia arriba y juntar las líneas.

MÁS EQUILIBRIO EN EL MEDIO

Aún es muy pronto para evaluar a Lucas Silva, pero es verdad que el brasileño aportó estabilidad al centro del campo y, sobre todo, supuso una alternativa de pase que no hace que Toni Kroos se sienta tan ahogado. Hasta que Modric regrese, cada vez está más claro que Kroos necesita una ayuda de este tipo. Sea quien sea, la noticia es que Lucas Silva es otra alternativa para Ancelotti. No tenía muchas y, las que tiene, no estaban aportando lo suficiente. No fue espectacular, pero tampoco desentonó en su primer encuentro como titular.

LA 'BBC': MEJORAR NÚMEROS Y JUEGO

Los tres de arriba siguen sin estar en su mejor versión, aunque el Schalke y la limpieza mental que supone la Champions para el Madrid hicieron progresar adecuadamente a la 'BBC', bastante floja en números en los últimos partidos. Benzema llegaba como el mejor de los tres y conectó algunas jugadas de peligro, incluyendo un disparo en el primer tiempo que Wellenreuther tapó para evitar el 0-2. Cristiano, ya lo hemos dicho, encontró el gol, pero la mejor noticia fue que el tanto le hizo ganar confianza y por primera vez en semanas le vimos encarando por su costado, atreviéndose a enfrentarse a sus marcadores y consiguiendo superarles, como en la jugada del 0-2, en la que dio el pase a Marcelo. Bale sigue sin marcar y sin tener la influencia en números del año pasado. Es, quizás, el que peor está mentalmente.

EL ABRAZO A ANCELOTTI

El 4-0 del Calderón fue un terremoto que zarandeó a todos. Desde el primer futbolista hasta el último miembro del cuerpo técnico e incluso de la directiva. No era lógico ni el resultado, ni la imagen ofrecida, ni el bajón del equipo tras conquistar el Mundial de Clubes. Fue imposible mantener una imagen de tranquilidad y muestra de ello fue la reunión de Florentino Pérez con su plantilla. Ancelotti había señalado los choques ante el Deportivo, el de ayer en Alemania y el del fin de semana en Elche como "decisivos para ver cómo afrontamos el resto de la temporada". No lo decía en vano. El Real Madrid anda falto de juego, físico y confianza, y sabe que debe remar y sobrevivir para seguir con opciones en los dos frentes que le quedan. Por eso el aspecto mental es más importante que nunca, y por eso, futbolistas y técnico, que no lo están pasando precisamente bien, muestran públicamente que cada paso que se da sirve para ir recuperando la confianza. Necesitan animarse unos a otros. De ahí el abrazo.