Quartararo destapa la cruda realidad, Yamaha en la cuerda floja
Yamaha lucha por recuperar su competitividad en MotoGP
La temporada 2024 de MotoGP está a punto de concluir, y Monster Energy Yamaha cierra otro año marcado por la falta de competitividad. Ninguno de sus pilotos ha conseguido un podio en toda la campaña, lo que pone de manifiesto la creciente brecha entre Yamaha y las escuderías más fuertes, como Ducati.
Una temporada llena de dificultades
El desempeño de Yamaha ha sido motivo de preocupación desde el inicio del campeonato. A pesar de las esperanzas puestas en el ex campeón mundial Fabio Quartararo, la escudería japonesa no ha logrado estar a la altura de los mejores equipos. Los problemas técnicos y la falta de ritmo competitivo han impedido que sus pilotos compitan por posiciones destacadas.
El equipo ha intentado adaptarse a lo largo del año, pero los resultados no han llegado. La ausencia de podios en los Grandes Premios es un reflejo claro de un proyecto que no ha conseguido materializarse en pista.
Pequeños pasos hacia adelante
Fabio Quartararo ha reconocido que, aunque la temporada ha sido complicada, se han hecho algunos progresos. “Hemos cambiado nuestra forma de trabajar”, comentó el francés, quien ve con optimismo los avances recientes de cara a las pruebas de pretemporada.
Sin embargo, tanto él como el equipo saben que estos pequeños pasos no serán suficientes para recortar la distancia con los líderes. Ducati, el fabricante más dominante de los últimos años, sigue marcando el ritmo con un nivel de innovación y rendimiento que parece inalcanzable en el corto plazo.
El dominio de Ducati, un desafío insuperable por ahora
La supremacía de Ducati en MotoGP es incuestionable. Su capacidad para desarrollar motos veloces y estables les ha permitido dominar gran parte de la temporada. En contraste, Yamaha ha luchado no solo contra sus propios problemas, sino también contra el imparable progreso de su competencia.
Quartararo admite que, por ahora, la meta es “acercarse” a Ducati, no igualarlos. Esta declaración refleja la difícil realidad que enfrenta Yamaha: el trabajo que les queda por hacer es titánico, y no será posible lograrlo en un solo invierno de desarrollo.