Marc Márquez explota tras Mugello, mira a 2024 y no es el único: dos bombas al corazón de Japón

Bagnaia, el gran vencedor junto a Jorge Martín, contrasta con los otros dos campeones

Francesco Pecco Bagnaia, Jorge Martín, Johann Zarco y Luca Marini fueron los cuatro primeros pilotos que cruzaron la meta en Mugello, cuatro Ducati, que es ahora mismo el alfa y el omega sin discusión en el paddock. Marc Márquez y Fabio Quartararo, cada uno en lo suyo, andan perdidos, observando ya a 2024 como la más cercana y cada vez más probable salida a su enorme ambición. Sachsenring es la próxima cita, pero la lucha por el título está perdida.

Y eso que al menos Quartararo terminó la carrera, no tiene ritmo ni expectativas, pero incluso el francés tiene más motivos que el español para estar satisfecho. O no. 39 puntos le saca en el Mundial el de Yamaha al de Honda, pero el galo nunca está, ni aun forzando, y por eso los dos están cansados de su dinámica y los dos explotaron, abriendo su futuro, incluso el de la temporada que viene, a un cambio radical que les saque de una dinámica que no soportan.

Ya no, pese a saber que circulaba por la zona más vulnerable del trazado, Márquez ya no se corta y dispara a Honda: “me ha molestado caer tan pronto, en un error salvable. Estaba en la zona sucia, pero cuando vas con la mentalidad de no perder nada para el rebufo, pueden pasar estas cosas. Toca seguir”, decía tras la carrera. Arriesga porque quiere rodar delante y eso hoy por hoy en Honda es sinónimo de irse al suelo. Sin mejoras, sin ganancia, no hay alternativa para el 93. “Estamos para pilotar y dar el máximo, pero yendo al límite. Como pasó en Portimao, como pasa casi hoy o en el futuro. Con un mínimo error te caes”, comentaba. El 93 dijo que en Alemania irá a por todas, aunque su desesperación ya se palpa. El compromiso llega hasta 2024, pero este puede ser más grande que su paciencia.

Quartararo, igualmente desesperado

Otro fin de semana que Fabio Quartararo pasó desapercibido y la paciencia, como con Márquez, se va agotando. El francés fue undécimo, lejísimos de los mejores. Una vez más. “En este momento es muy difícil para mí tener expectativas”, comentaba apesadumbrado, a la vez que miraba al futuro: “espero encontrar algo para Sachsenring, que es una pista con muchas curvas”. Su deseo a corto plazo parece, como el de Márquez, un grito de auxilio.

La pregunta con ellos está clara, ¿hasta cuándo aguantarán dos súpercampeones?