Ducati, KTM y ahora Yamaha: Marc Márquez estalla tras Misano y decide, Honda está destruida

El futuro del ilerdense, pese a Joan Mir, está en el aire; su desesperación, creciente

Si ni siquiera Marc Márquez lo tiene claro es porque el panorama que ve y le espera en Honda no es halagüeño. Es verdad que su compañero de equipo, Joan Mir, dejó entrever que sí, que se quedaría en la firma japonesa, pero el ocho veces campeón del mundo ya ha ido dejando incógnitas al respecto que hacen presagiar el hundimiento de Honda en este aspecto; sencillamente, el 93 no tiene ni puede tener tanta paciencia y los resultados han pasado de incomodarle a dejar clara su posición: busca una salida.

Una de las pruebas más contundentes 

Es tal la incertidumbre que el mismo Márquez ve sobre su futuro que esta mantiene en vilo al paddock, y no solo por el giro en los nombres que puede precipitar su salida, sino también porque su asiento en una de las firmas poderosas, conformarían una realidad diferente. Ahora bien, si hay dos cosas que pueden impedir que el 93 se marche, ninguna de ellas tiene que ver con el paso al frente de la firma nipona, que ha sido infructuoso.

De las dos, uno tiene que ver con que encuentre un lugar donde poder ir para luchar por el título, algo nada sencillo y sobre lo que Ducati y KTM, sus posibles destinos, no quieren soltar prenda en lo íntimo hasta que no sea efectiva la ruptura del español con Honda. La otra es su contrato, y este asunto, a estas alturas, a Márquez ya le va preocupando menos: quiere ganar y necesita un cambio drástico para ello. Misano, donde no hubo progresos, ha sido un punto de inflexión. “Los problemas principales siguen siendo los mismos”, decía recientemente tras las pruebas de Misano, para confirmar que “el tiempo va pasando y al final necesitas hechos, no promesas, para seguir motivado y comprometido”. Blanco y en botella…

Una más, de Yamaha

En una entrevista reciente de Lin Jarvis en Autosport, se asentaba un problema que afecta de forma radical a Márquez y es la distancia sideral entre las motos japonesas y las europeas, algo que quedó aún más claro, por si había dudas, en voz del mandamás de Yamaha: “Hoy en día, ya no es posible compensar una desventaja técnica mediante la conducción”, argumentaba, para sentenciar que la diferencia que existe entre ellos, y por ende también Honda, y los europeos se resume en el siguiente axioma: mientras unos se estancan, los otros no paran de progresar. Y lo peor no es eso. Esa distancia, lejos de menguar, crece y eso es lo que frustra a su piloto, Fabio Quartararo, y, a la vez, hace que Márquez quiera salir de Honda. Que sea posible o no ya es otro debate, lo que estaclaro es que Honda es el peor sitio para estar en 2024.