Bagnaia juega con su adiós a Ducati y Valentino Rossi avisa: “la elección de Márquez es una broma”

El bicampeón no descarta salir algún día de Borgo Panigale

Si hay un matrimonio que parece llamado a ser siempre un éxito, es el que forman Pecco Bagnaia y Ducati. Tan es así, que parece imposible entender el éxito de una parte sin la otra. Y es que, el imponente dominio del equipo de Borgo Panigale ha llegado de la mano de los dos campeonatos mundiales de un Pecco que, hasta ahora se ha mostrado incontenible sobre el asfalto en MotoGP, formando así una simbiosis perfecta entre equipo y piloto.

Sin embargo, con la llegada de Marc Márquez y los riesgos que conlleva la llegada del de Cervera, podrían comenzar a surgir dudas alrededor de la continuidad de Bagnaia en Ducati. Y es que, pese a que el piloto italiano sueña con una vida en Borgo Panigale, las cosas siempre se pueden torcer: “A mí me encanta Ducati y creo que Ducati también me ama. Pero nunca digas nunca. Estábamos considerando lo mismo con Márquez cuando firmó con Honda por cuatro años y todos sabemos lo que ha pasado”. Unas palabras, las de Pecco y que ha recogido Motorsport.com, que han sembrado las primeras dudas en el futuro del italiano.

Unas dudas que llegan con el palo de Valentino Rossi

Además, por si no fuera suficiente con ese amago de dudas que ha mostrado Pecco, Valentino Rossi se ha encargado de echar más leña al fuego. El controvertido ex piloto italiano no se cortó al volver a hablar de la llegada de Marc Márquez al equipo oficial de Ducati: “No creo que Pecco necesitara a Marc para demostrar que es el mejor… Es normal que piensen que la elección de Márquez es una broma”. Así definió Il Dottore la elección del de Cervera como compañero de Bagnaia, en palabras para MCN.

Así pues, a las contundentes y ya habituales rajadas de Valentino Rossi sobre el fichaje de Marc Márquez por el equipo Lenovo Ducati, ahora hay que sumarle el juego de Pecco Bagnaia con su futuro, al cual no cierra, para nada una salida del equipo de Borgo Panigale, toda una amenaza para el equipo italiano, que sabe que si no va en sintonía con lo que quiere el bicampeón del mundo, las cosas se pueden torcer mucho.