Fernando Alonso pierde la paciencia con Aston Martín y ya no aguanta más

Un Gran Premio lleno de tensión dejó al bicampeón español al límite de su paciencia

El Gran Premio de Países Bajos 2025 se presentaba con buenas sensaciones para Fernando Alonso. Las tandas libres habían sido sólidas y el ritmo parecía suficiente para pelear más arriba. Sin embargo, la clasificación dejó un sabor agridulce. Décimo en la parrilla, pero con la esperanza intacta. La carrera empezó estable. Alonso mantenía posiciones y cuidaba gomas, pero todo cambió tras su primera parada en boxes. 

Apenas un par de vueltas después, salió el coche de seguridad. Un golpe duro. Los rivales pararon gratis y el asturiano cayó en tráfico. Fue entonces cuando, por la radio, se escuchó su enfado. "Os habéis olvidado de mí en la primera mitad de la carrera. A ver si os acordáis de que estoy aquí en la segunda. Haced algo", soltó con evidente desesperación. Un mensaje directo, sin filtros. El resto de la carrera fue una lucha contra el reloj. Y contra la frustración. Alonso lo dio todo, pero cada movimiento estratégico parecía ir en su contra.

Críticas abiertas y análisis sin tapujos

En la zona mixta, Alonso fue más calmado. Reconoció que hubo muy mala suerte con los coches de seguridad. Cada vez que paraban, poco después aparecía uno. “Nunca pudimos aprovechar las dos gomas duras como queríamos”, explicó. También admitió que hubo algo de fortuna con abandonos y sanciones. Terminó octavo, pero lo definió como “un pequeño milagro”. Y añadió que, en realidad, no merecían los puntos.

Lo que más le dolió fue el ritmo perdido. “En carrera íbamos más rápido que coches de delante, pero hemos acabado detrás de un Williams, un Haas y hasta mi compañero, que salía último”, dijo. Una declaración que deja claro que el problema no era la velocidad, sino las decisiones. A pesar de todo, sumó para el campeonato de constructores. Pero la sensación que dejó es que algo no funciona en el muro de Aston Martin. “Ellos hacen algo con la estrategia que nosotros todavía no hemos entendido”, remató.

Alonso no es de los que oculta lo que siente y en Zandvoort volvió a demostrarlo. Está comprometido con el equipo, pero la paciencia tiene un límite. Si las estrategias no mejoran, el bicampeón podría vivir más domingos como este. Y él ya ha dejado claro que no está dispuesto a aguantarlo.