Drama total, Lewis Hamilton admite su fracaso y sugiere que Ferrari le busque reemplazo
Un fin de semana para el olvido deja a Hamilton al borde del abismo en su nueva etapa con Ferrari
Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, vive uno de los momentos más oscuros de su carrera. Tras su salto a Ferrari esta temporada, la ilusión era máxima. Pero, con el paso de los Grandes Premios, todo se ha ido desmoronando.
Este fin de semana, el GP ha sido un nuevo golpe. No logró pasar a la Q3. Quedó fuera con un decepcionante 12º puesto. Mientras tanto, su compañero Charles Leclerc brillaba, logrando una pole impresionante por delante de los McLaren. A la salida del box, Hamilton caminaba con la mirada perdida. Roto por dentro. Y en declaraciones a DAZN, apenas pudo articular palabras: “Yo soy el problema. Soy inútil”, dijo con la voz apagada.
Su frustración era evidente. La imagen del británico, abatido y sin respuestas, ha dado la vuelta al mundo. Nunca se le había visto así. Ni siquiera en sus peores momentos con Mercedes.
Un mensaje que sacude a Ferrari
Las declaraciones más impactantes llegaron minutos después, en Sky Sports. Allí, Hamilton se soltó un poco más. Y lo que dijo dejó helados a muchos: “Soy completamente inútil. El equipo no es el problema. Quizás Ferrari debería cambiar de piloto”. Un mensaje durísimo. Casi una rendición pública. Es raro ver a un piloto de su talla asumir la culpa de forma tan cruda. Pero más raro aún es que sugiera su propia sustitución.
En Maranello nadie lo esperaba. Hamilton llegó como la gran esperanza. Como el líder que debía devolver la gloria a la escudería más icónica de la Fórmula 1. Pero, de momento, esa historia soñada se está convirtiendo en una pesadilla. Aún queda mucha temporada por delante. Y si algo ha demostrado Hamilton en el pasado, es que sabe levantarse. Pero el tono de sus palabras, su lenguaje corporal y su rendimiento en pista dejan muchas dudas.
¿Estamos ante el principio del fin de una leyenda? ¿O será esta caída el impulso que lo lleve a resurgir?
Ferrari, por ahora, guarda silencio. Pero en el paddock ya se habla del “síndrome Hamilton”. Y lo cierto es que, esta vez, el drama es tan real como humano.