Alonso y Hamilton se llenan de envidia con la gran virtud que hace a Verstappen mejor que ellos

El piloto neerlandés recibe unas bonitas palabras de Adrian Newey, alto cargo de Red Bull

Desde que en 2021 Max Verstappen ganó su primer título en la F1 tras una agónica batalla con Lewis Hamilton, el piloto neerlandés de 25 años se ha convertido en el gran rival a batir en la categoría.

La autoridad con la que selló su segundo Mundial en 2022 y el poderío mostrado en la primera parte de la presente campaña dejan entrever que Red Bull tendrá un nuevo motivo para sonreír a finales de año, algo que ensalza aún más la figura de Mad Max al mismo tiempo que otros ilustres de la categoría como Fernando Alonso y Lewis Hamilton quedan relegados a un segundo plano.

Es más, Adrian Newey, una de las figuras más respetadas en el paddock y actual director técnico de Red Bull, ha realizado unas declaraciones en las que destaca la gran virtud que ha permitido a Verstappen erigirse como el mejor piloto de la parrilla y la cual le diferencia de todos y cada de sus contrincantes: “Creo que es el piloto perfecto. Tiene un tremendo control del auto y una habilidad natural. Entró, tal vez cometió algunos errores al principio porque estaba presionando mucho, ahora es muy suave y conduce absolutamente al límite, pero dentro de eso es muy considerado. Tiene una muy buena sensación con los neumáticos, lo hemos visto en varias carreras en los últimos dos años. Con el comportamiento de los neumáticos, ese es un factor muy diferencial ahora", comentó a Sky Italia.

Es más, no solo Alonso y Hamilton se ven afectados, en cierto modo, por estas palabras vertidas por Newey sobre Verstappen, sino otro cúmulo de leyendas de la Fórmula 1 que tuvieron la oportunidad de manejar monoplazas diseñados por el ingeniero británico como Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill, Jacques Villeneuve, Mika Hakkinen y Sebastian Vettel.

Aunque el propio Newey ha destacado las cualidades de todos ellos, es Verstappen el hombre sobre el que se ha deshecho en halagos de una forma realmente envidiable y la cual pone en evidencia el origen de una nueva hegemonía en la F1 en la que, lastimosamente para el espectador neutral, Hamilton y Alonso son sus grandes víctimas.