Zarzuela tiene negociado con Letizia las veces que debe ir al cine o salir a cenar con Felipe VI

Más un equipo de trabajo que una pareja: Felipe VI y Letizia siguen una estrategia diseñada por Zarzuela para proyectar estabilidad en la monarquía.

Desde hace tiempo, la presencia de la familia real de España ha sido objeto de un análisis continuo, y la relación entre Felipe VI y Letizia ha sido uno de los asuntos más debatidos. Pese a los rumores que sugieren una crisis en su matrimonio, la Casa Real se empeña en preservar la imagen de unidad, y una de las formas de conseguirlo es mediante sus apariciones públicas meticulosamente planeadas. 

Según varios especialistas en la Casa Real, entre los que se incluyen personalidades como la periodista Pilar Eyre y la analista Laura Rodríguez, Zarzuela mantiene un pacto estratégico con la reina Letizia para que acuda a cenas y películas con Felipe VI, garantizando que se permita una presentación mensual para dar la impresión de un matrimonio alegre.

Este tipo de acciones públicas no son intempestivas, sino que son parte de una trama que busca proyectar estabilidad en la monarquía española, un aspecto vital para la reputación de la institución. 

Un matrimonio que ya no existe

Letizia y Felipe VI han abandonado el concepto tradicional de matrimonio. Ambos tienen un destino institucional; sin embargo, sus vidas personales se encuentran totalmente distintas. En sus estudios sobre la Casa Real, Pilar Eyre argumenta que lo que anteriormente era un matrimonio amoroso, ahora se ha transformado en una relación meramente laboral. Letizia y Felipe VI ya no comparten su vida privada, y a pesar de que la audiencia continúa pensando que forman una pareja unida, la verdad es que no mantienen una relación amorosa desde hace mucho tiempo. 

En vez de ser un matrimonio, se perciben más como un grupo laboral que realiza los compromisos auténticos por el bienestar de la monarquía. Es palpable esta división emocional entre Felipe VI y Letizia para quienes se encuentran próximos a la familia real. Según Laura Rodríguez, el vínculo que antes los unía ya no existe, y su coexistencia no representa la de un matrimonio. En realidad, su convenio acerca de cómo gestionar su vida privada es casi como un negocio, con la Casa Real estableciendo las directrices de cuándo y cómo deben presentarse juntos en público.

Estas acciones, como las comidas en restaurantes selectos o sus desplazamientos al cine, son meticulosamente coordinadas para preservar el aspecto de una relación fuerte.

Un equipo de trabajo, no una pareja

La idea de un "equipo laboral" es la manera en que ambos se perciben actualmente. De acuerdo con Pilar Eyre, las elecciones que realizan Felipe y Letizia se dirigen más a satisfacer sus compromisos monárquicos que a preservar una relación de amor. Ambos reconocen que su meta compartida es mantener la estabilidad de la institución, algo que trasciende las consideraciones individuales.

En este escenario, la monarquía opera como una compañía donde ambos integrantes desempeñan su función, independientemente de las tensiones internas que puedan surgir. Este acuerdo tácito de preservar un aspecto de unión mientras se lleva una vida distante ilustra la realidad de numerosas relaciones públicas en la monarquía contemporánea.

Letizia y Felipe VI no solo han abandonado el concepto de pareja convencional, sino que además han pactado que su "matrimonio" se administre como una marca, algo que puede ser exhibido al público únicamente cuando sea imprescindible para preservar la reputación institucional.