Un médico estético explica cuánto cuesta el retoque más caro que se ha hecho Letizia
La eterna juventud de Letizia tiene un alto coste
El tiempo avanza para todos, pero en el rostro de Letizia parece detenerse. La reina consorte, a sus 49 años, luce una imagen que no encaja con el paso natural de la edad. Ella lo sabe, y por eso combina deporte, alimentación estricta y revisiones médicas con algo que se ha convertido en su gran secreto: los retoques estéticos que le permiten rejuvenecer cuando la biología dicta lo contrario.
Y es que la esposa de Felipe VI no escatima en recursos. Cada aparición pública es un examen, cada fotografía se convierte en portada y cada gesto es analizado con lupa. Así, mientras repite vestidos de su fondo de armario y cuida hasta el último detalle de su estilo, también pasa por las manos de especialistas que afinan, tensan y modelan su rostro con tratamientos que cuestan una auténtica fortuna.
Gastos desorbitados en estética
Según un reconocido médico estético, el procedimiento más caro al que se ha sometido recientemente la reina es en el cuello, una de las zonas más complicadas de tratar. Se habla de más de 3.500 euros invertidos en una técnica llamada endolifting 360, que combina el uso de energía avanzada con una cirugía mínimamente invasiva. El objetivo: retraer la piel y conseguir un estiramiento natural que borre cualquier signo de flacidez. El resultado salta a la vista: un cuello firme, terso y sin huellas del tiempo.
Pero ese no ha sido el único gasto. Los expertos apuntan a una larga lista de tratamientos complementarios. Desde bótox en las cejas por unos 450 euros, hasta hilos tensores para levantar la mirada felina por 600. También rellenos de ácido hialurónico en pómulos y mandíbula, que suman otros tantos cientos de euros, y un retoque de labios que ronda los 450. A todo ello se añade un tratamiento de dermapen, pensado para “resetear” la piel, con un precio de 500 euros.
Así pues, la cuenta final de esta puesta a punto estética se acerca peligrosamente a los 7.000 euros. Una cifra al alcance de muy pocos, pero que para la reina se ha convertido en la mejor inversión posible: mantener la eterna juventud ante una vida marcada por la exposición pública y la necesidad de proyectar una imagen impecable.