Paloma Rocasolano traicionó a su yerno facilitando los encuentros de cama de Letizia en Madrid

Felipe fue traicionado por partida doble. Letizia le fue infiel y su suegra lo sabía y la ayudaba en todo.

Desde que la reina Letizia ascendió al trono como consorte del rey Felipe VI, su vida ha estado marcada por el escrutinio público, especialmente en lo que respecta a su vida personal y a todo aquello que es discordante a una imagen impecable. Las especulaciones sobre posibles infidelidades han rodeado constantemente su figura, y las revelaciones sobre su supuesta relación con Jaime del Burgo han reavivado la controversia. Lo que llama la atención es el papel que desempeñó su madre, Paloma Rocasolano, en la orquestación de escapadas clandestinas para que su hija pudiera encontrarse en secreto con el político.

Según varios medios, incluyendo información revelada por elnacional.cat, Paloma no solo tenía conocimiento de las inquietantes escapadas de Letizia, sino que también participó activamente en la planificación de estos encuentros. La reina, que ha sido vista como una figura digna y meticulosa, logró burlar el estricto control de la seguridad de Zarzuela y la atención pública gracias a la colaboración de su madre y su hermana Telma Ortiz.

Felipe sabia lo de Jaime, pero no de la traición de su suegra

Jaime del Burgo ha dado a conocer uno de los secretos más impactantes en la historia reciente de la Casa Real, aunque ha mantenido en reserva muchos detalles del escándalo que amenaza con sacudir la monarquía. Lo más controversial del asunto es que Felipe, con el fin de no afectar los asuntos de la corona, decidió aceptar la relación secreta de Letizia con del Burgo, e incluso los tres firmaron un acuerdo de confidencialidad, propiciando encuentros clandestinos no sólo en España, sino también en Nueva York, donde ambos llegaron a alquilar una vivienda.

Y en este punto donde entra en juego la madre de Letizia, Paloma Rocasolano. La abuela de Leonor y Sofía era quien se encargaba de cuidar a las hijas de la pareja durante sus ausencias, y para Felipe habría sido un golpe muy bajo enterarse de que este no era el único papel que desempeñaba la suegra en esta historia.

Un plan familiar bien orquestado

Paloma lo sabía todo y ayudaba a su hija en un plan bien elaborado y meditado para ocultar su romance. El plan que involucró a Paloma fue ingenioso, utilizando una falsa identidad que permitía a Letizia moverse con libertad. También la hermana de la reina se prestó para el juego. Telma asumía la responsabilidad de reservar hoteles y espacios para sus encuentros en Madrid y otras ciudades, garantizando que su apellido no atrajera sospechas. Mientras tanto, Paloma alquilaba vehículos a nombre de ella para que su hija pudiera desplazarse sin ser identificada durante sus escapadas.

Las instalaciones que se utilizaron para estos encuentros secretos incluían una buhardilla en Madrid de 37 metros cuadrados en la que vivía Rocasolano y que se convirtió en el refugio de Letizia y del Burgo. Aquí, lejos de las miradas indiscretas, la pareja pudo disfrutar de su romance clandestino. A pesar de que Felipe VI parece estar al tanto de las especulaciones que rodean a su esposa, ha optado por guardar silencio y continuar con su matrimonio, centrado en las obligaciones de la corona y el bienestar de sus hijas. Este pacto de silencio habría sido promovido por su madre Sofía en un intento de cuidar la imagen y la posición dela monarquía y mantenerse alejada de los rumores y las consecuencias que podrían surgir tras el divorcio de los reyes.

Recientemente, han surgido nuevos rumores que sugieren que Letizia podría haber iniciado una relación con un empresario, empleando nuevamente las tácticas de su romance pasado. Pero hasta ahora, solo son rumores sin confirmar que mantienen a la opinión publica alerta a cualquier nuevo detalle de la vida de los reyes.