Pablo Urdangarin no perdona a su tío, Felipe VI, las afrentas a su padre, sigue sin dirigirle la palabra

Pablo está decidido a no perdonar a Zarzuela por lo que le hicieron a su padre

En un contexto en el que la familia real española ha tratado de mantener una imagen de cohesión y armonía, el joven Pablo Urdangarin, hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, sigue distanciado de su tío, el rey Felipe VI. Según fuentes cercanas a la familia, Pablo no ha perdonado al monarca el trato que, según él, su padre recibió durante el escándalo de corrupción que sacudió a la Casa Real hace más de una década.

Este episodio tuvo su origen en el Caso Nóos, en el que Iñaki Urdangarin fue investigado, juzgado y condenado por malversación de fondos públicos y otros delitos. La repercusión mediática del caso provocó un distanciamiento de la Casa Real con respecto a la infanta Cristina y su familia, lo que condujo a la marginación de Iñaki y a la retirada de la infanta de los actos oficiales. Durante este tiempo, la monarquía buscaba limpiar su imagen y Felipe VI, entonces ya como rey, fue firme en establecer una distancia pública con su cuñado para proteger la institución. Esta actitud fue interpretada como una traición por parte de la familia de Urdangarin, especialmente por sus hijos, quienes han visto cómo su padre pasaba de ser una figura respetada a un personaje repudiado por la opinión pública.

Para Pablo, el trato que su padre recibió fue injusto, ya que considera que fue castigado en exceso y que no contó con el respaldo de la familia real en los momentos más difíciles. Esta percepción se ha traducido en una frialdad evidente hacia Felipe VI. Según allegados al entorno de Pablo, el joven deportista mantiene su distancia del monarca y evita cualquier interacción directa, optando por no dirigirle la palabra cuando asisten a eventos familiares o sociales. Aunque Pablo ha mantenido un perfil discreto y no se ha expresado públicamente sobre sus sentimientos hacia su tío, las tensiones son evidentes para quienes conocen de cerca la situación.

La agitada historia de la familia Urdangarin ha dejado cicatrices profundas que afectan no solo a Iñaki Urdangarin y a la infanta Cristina, sino también a sus hijos, en particular a Pablo Urdangarin. Este joven, quien hasta ahora había llevado una vida discreta, se ha visto empujado al centro de la polémica familiar, llegando incluso a tener roces con su tío, el rey Felipe VI, por la humillación pública que sufrieron sus padres.

Un rencor que no se quita fácilmente

El distanciamiento de Pablo refleja un sentimiento de descontento que no es aislado. Tanto él como sus hermanos han crecido observando cómo la imagen pública de su padre ha sido deteriorada y cómo su madre ha tenido que adaptarse a un estilo de vida más discreto y alejado de la realeza, incluso mudándose a Ginebra para llevar una vida fuera del ojo público. La situación ha generado resentimientos que parecen profundizarse con el paso del tiempo.

Pablo le atribuye la culpa a Felipe VI de que su familia se destruyera

El joven de 22 años habría mostrado una postura firme en no perdonar a su tío, en medio de un conflicto que se ha intensificado a lo largo de los años y que se remonta a los problemas legales y familiares de la familia Urdangarin. El distanciamiento entre Pablo y el rey Felipe se habría acrecentado tras la separación de sus padres y la complicada situación judicial de su padre, Iñaki Urdangarin