Pablo Urdangarin, mano negra, dos sospechosos dentro de la familia
Pablo Urdangarin avanza con paso firme, aunque algo parece estar bloqueando su proyección pública
Pablo Urdangarin ha demostrado ser mucho más que “el hijo de”. Juega en el Fraikin Granollers, destaca en cada partido y fuera de la pista mantiene un perfil bajo, correcto y educado. Todo en él transmite calma, esfuerzo y coherencia. Sin embargo, no termina de despegar del todo, y eso ha despertado sospechas.
A pesar de su potencial deportivo y mediático, Pablo no ha sido convocado aún con la selección absoluta de balonmano, ni ha recibido una muestra pública de apoyo por parte de la Familia Real. En un entorno donde cualquier mínimo gesto cuenta, su ausencia constante llama la atención.
¿Es solo mala suerte? ¿O hay una mano que lo frena en la sombra? Cada vez son más las voces que hablan de una posible “mano negra” dentro del entorno familiar, que estaría limitando su exposición y su crecimiento. Y todo apunta a dos figuras clave dentro de Zarzuela.
Letizia y Felipe: entre la frialdad y la estrategia
El primer nombre que aparece es la reina Letizia. Siempre se ha mostrado distante con los Urdangarin-Borbón desde el escándalo del caso Nóos. Aunque Pablo no estuvo involucrado, ni siquiera era mayor de edad cuando estalló el caso, parece cargar con la culpa heredada. Letizia ha marcado un cortafuegos claro entre sus hijas, Leonor y Sofía, y sus primos. Pablo representa un apellido incómodo, y aunque intachable en lo personal, sigue sin formar parte del relato oficial de “la nueva monarquía”.
Por otro lado está Felipe VI. Su caso es más sutil, pero igual de relevante. Como jefe de Estado, el Rey ha apostado por una limpieza total de imagen institucional. Y eso incluye marcar distancia con todo lo que huela a pasado turbio, incluida la familia de su hermana Cristina. Aunque Pablo sea un ejemplo de corrección, su apellido pesa más que sus logros.
Ambos, Letizia y Felipe, tienen motivos distintos pero un objetivo similar: proteger la imagen de la Corona. Y en esa estrategia, Pablo ha quedado fuera.