Oficiales del Blas de Lezo explican a sus familias que Leonor no sabe hacer ni la cama

En el día a día, Leonor es un auténtico desastre

Los primeros pasos de Leonor a bordo de la fragata Blas de Lezo no han sido nada sencillos. La Princesa de Asturias no ha acabado de encajar especialmente bien en una tripulación donde muchos ya la estaban esperando. Y es que, después de todos los problemas en los que se metió durante su travesía a bordo de Elcano, no han sido pocos los que la han recibido con cierto recelo por los posibles beneficios que Leonor podía llegar a recibir gracias al simple hecho de venir de parte de la familia Borbón. Unos beneficios que, como era de esperar, siguen estando ahí.

En este sentido, más allá de que tiene libertad para elegir las actividades que quiere, o no hace, Leonor ha dejado absolutamente sorprendidos, para mal, a sus compañeros de embarcación. Y es que la Princesa de Asturias es un completo desastre en lo que se refiere a realizar las tareas propias del día a día. Y estamos hablando de cosas tan sencillas como tender la cama.

Leonor se acostumbró a tenerlo todo hecho en Zarzuela

Como no podía ser de otra manera, Leonor nunca tuvo que aprender a tender la cama al despertarse. Tampoco a lavar la ropa ni a preparar nada de comer. Los servicios del hogar de la residencia real siempre estaban ahí al servicio de una Leonor que, como nunca tuvo que preocuparse de realizar ni una sola tarea doméstica, ha llegado a los 19 años sin saber como hacer las cosas para evitar vivir en medio de la inmundicia.

Y es que, según relatan los familiares de los compañeros de Leonor, da auténtico miedo ver como queda la cama de Leonor una vez se ha despertado. Ni piensa en hacerla y cuando se da cuenta de que nadie hará nada por ella, la tiende de forma horrorosa. Es por este motivo que habría llegado a pedir a sus compañeros que, a cambio de algún que otro favor, hagan por ella las tareas del hogar. En especial, las de limpieza.

Así pues, los compañeros de Leonor en el Blas de Lezo ya han visto que la Princesa de Asturias no ha estado nunca preparada para abandonar Zarzuela. Ya que no sabe hacer ni una sola tarea básica del hogar.