Oficiales de San Javier están hartos del problema de higiene que sufre Leonor

La vida diaria de la princesa en la academia enfrenta desafíos inesperados

Leonor, futura jefa de Estado, afronta su tercer y último año de formación militar en la Escuela del Aire de San Javier. Ingresó el pasado 1 de septiembre y, tras un mes de adaptación, se está desenvolviendo con disciplina y constancia. Sin embargo, no todo resulta sencillo.

Uno de los problemas más comentados entre los oficiales y compañeras de la princesa es su rutina de higiene. Leonor es extremadamente meticulosa y dedica horas a ducharse. No se trata de una ducha rápida: cada aseo puede prolongarse durante largo tiempo. Ha sido habilitado un espacio especial donde puede ducharse sin interrupciones, pero esta atención especial ha generado malestar entre quienes conviven con ella.

La princesa necesita ducharse varias veces al día debido a su cuidado personal extremo. Esto provoca que, en ocasiones, sus compañeras tengan que salir a instrucción sin haberse podido asear. La situación no es reciente. En sus etapas anteriores en la Academia General Militar de Zaragoza y la Escuela Naval de Marín, se registraron exactamente los mismos problemas. Las mismas normas, la misma expectación y la misma dedicación extrema al aseo personal.

Entre disciplina y obligaciones

Mientras que para la mayoría de los cadetes la vida militar es una vocación, para Leonor se trata de una obligación derivada de su futuro papel como reina. Esa diferencia se nota. Aun así, sus instructores aseguran que muestra constancia y disciplina en todas las actividades.

Desde Zarzuela, Felipe VI y la reina Letizia han insistido en que su hija reciba el mismo trato que cualquier otro alumno. No obstante, la realidad práctica obliga a ciertas consideraciones: su seguridad, su falta de experiencia y el hecho de que su formación esté condensada en un solo año. Todo esto ha llevado a excepciones, aunque mínimas.

La convivencia con otras tres compañeras también ha resultado compleja. La princesa comparte habitación con el objetivo de fomentar la interacción y la vida en grupo, pero su meticulosa higiene genera tensiones. El olor, el tiempo que dedica a cada aseo y la necesidad de ducharse varias veces al día son aspectos que han causado incomodidad. Los oficiales y compañeros de Leonor coinciden en que, aunque comprensible, esta situación se ha vuelto un tema habitual de conversación y cierta frustración dentro de la academia.