Nada más casarse, Máxima de Holanda firmó un acuerdo millonario para asegurar su divorcio

Ya no es ninguna sorpresa que dentro de las realezas europeas haya más intereses que amor. Buen ejemplo de ello puede ser el caso de la Casa Real de Países Bajos, donde, después de que en 2002 Máxima de Holanda contrajera matrimonio con el entonces Príncipe Guillermo, ya comenzaron a haber serias dudas sobre si ese amor era real o lo que realmente buscaba la argentina era fama dinero y lujos ilimitados.

Tan es así que recientemente han destacado desde fuentes cercanas a la realeza neerlandesa, que Máxima de Holanda no solo planeaba aprovecharse de todos los lujos que le daba el hecho de formar parte de la Casa Real y, algún día, ser la reina consorte. Si no que también se curó en salud y firmó rápidamente, un acuerdo para cubrirse las espaldas en caso de que llegara algún momento que la llevara al divorcio. Un proceso que ponía en riesgo todos los lujos que había alcanzado.

Las prioridades de Máxima siempre fueron muy claras

Si bien es cierto que, de quien se saben las infidelidades es de Guillermo de Holanda, la realidad es que Máxima tampoco se salva de los rumores que, desde muchos años atrás apuntan a que la argentina llevaba buscando, desde su juventud, un novio que, lejos de enamorarla, fuera capaz de llenarle el bolsillo y de darle poder, algo que Guillermo cumplía a la perfección.

Asimismo, como aseguran fuentes cercanas, tal cual firmó el acuerdo de matrimonio con su marido Guillermo, Máxima de Holanda se apresuró a firmar un acuerdo de divorcio que le asegurara una pensión millonaria de por vida. Es decir, que quería asegurarse una vida llena de lujos y privilegios, pasara lo que pasara a lo largo de su vida como esposa de Guillermo de Holanda, que, a su vez, también jugó sus cartas para aprovecharse de la necesidad de una Máxima que, con tal de tener poder, aceptó las infidelidades de su esposo.

De la dictadura de Videla a la Casa Real de Países Bajos

La realidad es que la vida de Máxima, siempre ha ido ligada a las esferas de mayor poder de sus países. Y es que, con su padre, que era ministro del dictador argentino Videla, Máxima vio muy pronto lo mucho que le gustaba el poder y la riqueza económica, hecho que la llevó a buscar una vida así en su adultez, lo cual encontró en Guillermo de Holanda, un marido que, pese a no robarle nunca el corazón, sí que pudo satisfacer sus ansias de poder y dinero.

Así pues, tras alcanzar su objetivo de contraer matrimonio con alguien que le garantizaba dinero y poder, Máxima se apresuró a garantizarse un acuerdo de divorcio que le diera una vida de millonaria hasta el fin de sus días.