Meghan Markle confiesa que su relación con Harry es una mentira

El interés es lo único que mueve a los Duques de Sussex

El día que Harry y Meghan decidieron abandonar Buckingham, también firmaron su sentencia de independencia económica. Porque si algo tenían claro los Duques de Sussex es que, fuera del paraguas de la Casa Real, no les quedaba otra opción que aprender a costear su estilo de vida de lujo sin contar con los privilegios británicos que durante años les mantuvieron mientras vivían bajo el paraguas de los Windsor, donde el dinero nunca faltaba y no tenían que preocuparse por absolutamente nada, ya que el apellido lo cubría todo.

De este modo, pasaron de ser miembros de la realeza a convertirse en celebridades, conscientes de que su mayor valor está en el morbo que genera su pasado royal y la tensión de su presente como pareja. Y es que, según personas cercanas al entorno de Meghan Markle, ella tiene claro que si sigue al lado de Harry no es por amor, sino por puro negocio. Algo que se hace más evidente con el paso del tiempo y de las acciones de la pareja.

Meghan confiesa la verdad detrás de su matrimonio

Ante esta situación, Meghan ha confesado en más de una conversación privada con amigas que divorciarse ahora sería un error estratégico. Sabe que mientras continúe casada con Harry, seguirán siendo un imán de contratos millonarios, portadas y exclusivas que les permiten mantener su tren de vida en California. Romper ese matrimonio sería, en definitiva, perder la fuente de ingresos más potente que jamás podría tener.

Así pues, Meghan y Harry mantienen un matrimonio que vive de las apariencias y de la marca Sussex, mientras en lo personal atraviesan momentos de distancia y frialdad. Los gestos de complicidad que se muestran ante las cámaras no reflejan el día a día de una relación que hace tiempo dejó de ser idílica para convertirse en un negocio rentable que ninguno de los dos está dispuesto a perder.

Y es que, para Meghan Markle, quedarse al lado de Harry no es cuestión de amor, sino de cuentas bancarias. Porque aunque la pareja pueda estar rota en lo sentimental, financieramente siguen siendo un filón demasiado jugoso como para dejarlo escapar.