Máxima de Holanda tiene una cara oculta, es una déspota con los trabajadores de la Casa Real

La Reina de Países Bajos acostumbra a tratar muy mal al resto de gente

A pesar de que muchas de las personas que habían compartido la vida con Máxima de Holanda antes de que llegara al poder, ya advertían de que era una mujer que se movía por intereses y en busca de lujos y poder. La realidad es que la argentina siempre había sido capaz de esconder sus lujosas costumbres del conocimiento público. Y es que, aparenta ser una persona mucho más sencilla de lo que realmente es en su vida privada, donde muchos la califican de ser una déspota.

En este sentido, como ya contamos con anterioridad, Máxima de Holanda pasó toda su juventud buscando un hombre que le diera dinero y poder, lo que la llevó hasta la Casa Real de Holanda, donde, junto a Guillermo, formó un matrimonio más que interesado en el que logró alcanzar ese sueño que durante tanto tiempo estuvo persiguiendo en Argentina y en Europa. Hecho que la ha llevado a ser una persona con dos caras, una amable y risueña en público y una mucho más seria y despótica en privado, donde nadie soporta estar cerca de ella.

Ni Guillermo es capaz de contener a Máxima

Hasta tal punto han llegado los enfados y eventos explosivos de Máxima que ni Guillermo es capaz de estar junto a ella. Pues, como han comentado fuentes cercanas, los trabajadores de la Casa Real tiemblan nada más ver llegar a la argentina, pues saben que para ella nunca hay nada que esté bien hecho y todo es motivo de reprimenda, llegando incluso a amenazar con despedir a todo el mundo. 

La realidad es que el carácter de Máxima se ha convertido en todo un dolor de cabeza para aquellos que pasan tiempo cerca de ella. Pues, si no hay una cámara cerca o alguna persona relevante, la Reina neerlandesa se convierte en un ser al que todos temen y al que nadie quiere cerca. 

El poder ha cambiado a la Máxima que todos conocían

Ante esta situación, no han sido pocas las fuentes que han asegurado que el poder se ha comido a la Máxima de antes. Pues, si bien es cierto que siempre quiso dinero y poder, la realidad es que la argentina siempre había sido una persona agradable y simpática, algo que cuando llegó a la Casa Real, cambió por completo, transformando a Máxima en una persona muy diferente y a la que ni sus seres más cercanos son capaces de reconocer.