Los hijos obligan a la reina Sofía a dejar de fumar

Doña Sofía ha retomado uno de sus peores hábitos

No están siendo días sencillos para la reina Sofía. La madre de Felipe VI arrastra semanas de bajón anímico que han alertado a los médicos de Zarzuela, que advierten de un deterioro psicológico evidente en la emérita. Ni siquiera las visitas de sus hijos y nietos logran devolverle la sonrisa a una Sofía que no está sabiendo gestionar el declive de su hermana Irene de Grecia, el gran pilar de su vida.

Tal y como cuentan fuentes cercanas a Zarzuela, esta situación tan delicada ha hecho que la reina Sofía recaiga en un hábito que llevaba años intentando controlar: fumar un cigarrillo después de cada comida. Una costumbre que la acompañó durante décadas y que, aunque en público evitaba, mantenía de forma privada como un ritual que le servía para calmar los nervios tras cada almuerzo y cada cena.

Los médicos de Casa Real han sido claros: Sofía tiene absolutamente prohibido volver a encender un cigarrillo. Su salud ya no puede soportar ni un mínimo contacto con el tabaco, especialmente ahora que atraviesa un momento de estrés emocional y de bajada física evidente. Sin embargo, según hemos podido saber, la reina Sofía a veces se salta esta prohibición y, cuando cree que nadie la ve, se fuma a escondidas un cigarrillo para tratar de aliviar la tensión que acumula a diario.

Los nervios pasan una seria factura a la emérita

A esta presión se le suma otro motivo que mantiene a Sofía en vilo: el miedo a las próximas revelaciones de Corinna Larsen. La examiga de Juan Carlos I prepara nuevas confesiones que, de salir a la luz, podrían dañar gravemente la estabilidad de la Casa Real y reabrir heridas del pasado que Sofía lleva años intentando mantener bajo control. Solo la posibilidad de que Corinna hable más de la cuenta ha devuelto a Sofía esa ansiedad que la empuja a buscar consuelo en el humo del tabaco.

Ante esta situación, los médicos han pedido a Felipe VI, a la infanta Elena y a la infanta Cristina que vigilen de cerca a su madre para evitar que vuelva a su hábito de fumar tras las comidas. Aseguran que, de continuar así, la salud de la reina Sofía podría empeorar y comprometer su calidad de vida en un momento en el que la emérita necesita más que nunca estabilidad y cuidado.

Así pues, entre la tristeza por la salud de su hermana Irene y el temor a los secretos que pueda desvelar Corinna Larsen, la reina Sofía vuelve a asomarse al cigarrillo después de cada comida, aunque sea a escondidas. Esta vez, sus hijos están decididos a frenarla para proteger a su madre en uno de los momentos más frágiles de su vida.