Los hijos del Príncipe Guillermo tienen el mismo problema que su padre

El mal carácter de Guillermo de Gales ha llegado a sus tres hijos

Desde muy pequeño, Guillermo de Gales fue preparado para ser el gran heredero de la Corona británica. Con la sombra de Isabel II siempre presente, y bajo la firme mano de su padre, el ahora Rey Carlos III, el Príncipe de Gales creció con la presión de convertirse en el futuro monarca que debía mantener la estabilidad de la monarquía británica. Por ello, en Buckingham se preocuparon de formarlo con la máxima rigidez, enseñándole a hablar en público y a comportarse como un verdadero lord ante las cámaras.

Lo que nunca se imaginaban en la Casa Real británica es que esa disciplina férrea iba a provocar un carácter explosivo en Guillermo. Según cuentan personas de su entorno más cercano, en privado el Príncipe de Gales dista mucho de esa imagen impecable que proyecta en cada acto oficial. Cuando algo no sale como espera, sus reacciones son desmedidas y el tono que emplea con su equipo deja mucho que desear. Los gritos, las palabras malsonantes y las salidas de tono se han convertido en algo habitual en su día a día.

Los hijos de Guillermo de Gales heredan sus malas formas

Lo más preocupante de esta situación es que ese carácter irascible ha comenzado a calar en sus hijos. George, Charlotte y Louis, que siempre han sido mostrados al mundo como niños educados y discretos, están imitando sin darse cuenta las actitudes de su padre. Tal y como comentan trabajadores de palacio, no es raro escuchar a los pequeños utilizando expresiones fuera de lugar y palabras gruesas en sus juegos, reflejo directo de lo que escuchan en casa cuando Guillermo pierde los nervios.

Kate Middleton, que siempre ha querido inculcar a sus hijos una educación impecable, se encuentra en una posición complicada. Mientras ella insiste en mantener unas normas claras de respeto y buenos modales, la realidad que se vive en casa cada vez que Guillermo se enfada está echando por tierra parte de ese esfuerzo. Los pequeños de Gales están creciendo en un ambiente en el que las malas palabras se escuchan con más frecuencia de lo que se querría reconocer públicamente.

Así pues, detrás de la imagen de familia perfecta que proyectan los Príncipes de Gales, se esconde una realidad mucho más complicada. Guillermo de Gales, incapaz de controlar su mal carácter en determinados momentos, está dejando un ejemplo que sus propios hijos ya están imitando, repitiendo palabras y gestos que nada tienen que ver con el protocolo que se espera de quienes están destinados a representar a la Corona británica en el futuro.