Letizia utiliza palacetes de la Corona para verse con sus amantes; el más utilizado es Cuarto Alto, en Sevilla

Hace tiempo que el matrimonio de Felipe VI y la reina Letizia está prácticamente roto. Los Reyes de España apenas son capaces de soportarse y llevan mucho tiempo trabajando para ocultar al mundo algo que parece más que obvio. Ya no se aguantan; mantienen vivo su matrimonio y no se divorcian por intereses mutuos. Es por este motivo que en cada acto oficial los vemos juntos. Sin embargo, como bien apunta Pilar Eyre, no son más que un mero equipo de trabajo. En su vida privada mantienen las distancias y evitan cruzarse, mientras que cuando les toca presidir o acudir a un acto, van juntos y aparentan normalidad.

En este sentido, para evitar suspicacias, Letizia —que cuenta con el permiso de Felipe VI— utiliza varios puntos estratégicos en los que puede verse con sus amantes sin miedo a que las cámaras o las miradas indiscretas la sigan. Más allá de apartamentos en Madrid, París o Londres, hay un espacio muy concreto que gusta especialmente a Letizia. Se trata de Cuarto Alto, un palacete muy importante ubicado en Sevilla y que se ha convertido en un punto neurálgico de las intimidades de Letizia.

Un espacio muy valioso, blindado al público

Si bien es cierto que Cuarto Alto es un palacete que puede ser visitado por el público previo pago de entrada, cada vez que Letizia lo decide, queda una parte completamente blindada para ella. Ahí es donde se encuentra con sus amantes. Así lo relatan los encargados de la seguridad, que tienen instrucciones de salvaguardar cada espacio de privacidad de Letizia.

Sevilla, una ciudad que no enamora a Felipe VI La realidad es que Cuarto Alto es un parador impresionante, guarda un estilo fascinante que enamora a Letizia. Sin embargo, el calor de Sevilla hace que Felipe VI se sienta muy incómodo y ha permitido que sea Letizia la que más use las dependencias de Cuarto Alto. Bueno, Letizia y aquellos hombres con los que se cita a escondidas.

Así pues, la Reina de España está utilizando dependencias que son propiedad de la Casa Real para verse, en secreto, con sus amantes. Una jugada que le ha salido a la perfección, ya que nunca se han captado imágenes comprometidas.