Letizia es conducida de madrugada hasta las afueras de Madrid varias veces por semana

La reina consorte disfruta de viajes privados y discretos fuera de Madrid, escapando de la atención pública y aprovechando momentos de descanso.

Letizia es llevada varias veces por la madrugada hasta las afueras de Madrid, en una rutina que continúa prácticamente en silencio, con la ciudad todavía dormida. La reina consorte de España ha mejorado su vida privada mediante movimientos discretos, entendiendo que cada acción debe ser meticulosa para prevenir ser vista o identificada.

La madrugada le brinda la oportunidad de escapar de la mirada pública, ignorar los focos de las cámaras y los rumores que frecuentemente acompañan su imagen. Así, la reina Letizia utiliza las primeras horas del día para huir de los focos y cumplir con los compromisos que, a pesar de no ser oficiales, son parte integral de su existencia.

Viajes secretos y escapatorias privadas

A las cuatro o cinco de la mañana, Letizia ya se encuentra en camino. La guardia la recoge en su hogar y la traslada hasta una de las áreas más remotas de Madrid, donde la aguarda una pequeña pista de aterrizaje. En ese instante, la reina cambia de automóvil y se encamina hacia uno de los aviones privados que le facilitan el movimiento rápido y elegante.

Este medio de transporte, privado y prácticamente imperceptible para la mayoría, proporciona la libertad de desplazarse a gran velocidad, sin los controles y las expectativas que normalmente caracterizan a los viajes de la realeza. Su destino puede variar, pero Londres es uno de los más habituales. 

En ese lugar, Letizia se adentra en un universo de adquisiciones, de indagación de las tendencias más recientes o de encuentros con individuos que no están en el foco de las cámaras españolas. Londres se transforma en un refugio, en un sitio donde no se percibe y donde se pueden gozar de instantes de serenidad y relajación, alejados de las demandas de su papel en España. 

No obstante, no todas sus excursiones están destinadas a realizar compras o a disfrutar de un ambiente cosmopolita. Frecuentemente, Letizia se dirige a Gales, lugar en el que se encuentra con su hija, realizando una visita privada, serena y apartada de cualquier protocolo.

Discreción y tiempo con la familia

Otros de sus desplazamientos son también claramente privados. En el año anterior, Letizia se trasladó a Zaragoza para disfrutar de su tiempo con Leonor, un viaje que no se publicitó excesivamente y que se realizó con total discreción. Este tipo de visitas evocan las existencias personales que, a pesar de que a menudo se desvanecen por la responsabilidad pública, continúan siendo fundamentales en la vida de Letizia.

Este año, visitó Marín, un diminuto municipio de Gallegos, para gozar de una corta escapada sin programación oficial, una ocasión para relajarse y desconectarse de las tensiones del reinado. En caso de no tener un encuentro oficial en Madrid o en otras ciudades de España, Letizia opta por utilizar el tiempo para viajar fuera de España, ya sea en compañía de amigos o en momentos de descanso.

Estos desplazamientos no solo le brindan la oportunidad de alejarse de las tensiones de su vida pública, sino también para recargar energías y mantenerse aislada de la vida política y social que la envuelve en su nación.