Leonor, tirada en el suelo en la cubierta del Blas de Lezo después de ser golpeada

Durante una guardia nocturna, Leonor acabó lesionada

La vida en alta mar no es algo que vaya muy bien con Leonor. La Princesa de Asturias nunca ha disfrutado de ejercer el oficio de marinera y así lo ha demostrado tanto en Elcano, como en el Blas de Lezo, donde ya es más que conocida por tratar de evitar algunas de las tareas más delicadas y demandantes a nivel físico, mental y técnico. En este sentido, las guardias nocturnas eran unas de esas labores que Leonor siempre deja de realizar en Elcano. Poniendo como excusa, el gran peligro que conlleva este tipo de actividades. Las cuales podrían acabar con Leonor sufriendo algún tipo de percance físico.

En esta misma línea, tal y como han afirmado algunos de los familiares de los compañeros de Leonor, la Princesa de Asturias, durante una de sus primeras guardias nocturnas, de las cuales no se ha podido escabullir, ha sufrido un percance tan aparatoso como peligroso. Pues, durante una noche de fuerte oleaje, la embarcación y, por ende, Leonor, recibieron un impacto que dejó fuera de combate a la Princesa de Asturias.

Leonor quedó en shock y volvió a la cama

La realidad es que recibir el impacto de las olas, es algo más que habitual en el día a día de una persona de mar. Las olas son algo inevitable cuando se navega por alta mar y hay que estar preparado para enfrentarse al impacto del oleaje. Especialmente cuando el mar está más bravo. Algo para lo que Leonor, que no está ni cerca del nivel de sus compañeros, no se ha preparado lo suficiente. Por lo que acabó en el suelo y en estado de shock por la conmoción.

El fuerte golpe que le propinó el agua, hizo que la Princesa de Asturias cayera al suelo y perdiera el control sobre su cuerpo. Leonor no sabía ni donde estaba cuando abrió los ojos y vio que todos sus compañeros y oficiales habían corrido en su ayuda. Sin embargo, eso no evitó que, todavía con el susto en el cuerpo, se marchara a la cama.

Así pues, fue tan fuerte el oleaje durante una de las guardias nocturnas de Leonor, que por culpa del impacto directo de una ola, Leonor acabó en el suelo y con muestras evidentes de dolor en el cuerpo.