Leonor se ha enfrentado a su madre porque no le deja ir a ver a su abuelo a pesar de que se está muriendo
La princesa desafía la voluntad de su madre movida por el deseo de despedirse de su abuelo enfermo
La distancia entre Leonor y su abuelo, el rey emérito Juan Carlos, no es nueva. Hace años que apenas se hablan, y la relación entre el emérito y la reina Letizia nunca ha sido fácil. Desde la salida de Juan Carlos de España, las visitas son contadas y la comunicación casi nula. Ahora, la situación se ha vuelto más delicada. El estado de salud del emérito preocupa a su entorno. Dicen que cada día está más débil, que el paso del tiempo pesa y que la soledad también deja huella. Leonor lo sabe. Aunque la educación militar y sus compromisos públicos la mantienen ocupada, no puede evitar pensar en su abuelo.
Sin embargo, Letizia se muestra firme. No quiere reabrir heridas del pasado ni alimentar titulares. Las recientes memorias publicadas sobre la Familia Real han removido viejas tensiones y, según fuentes cercanas, la reina no está dispuesta a permitir que su hija se vea envuelta en el ruido mediático. “No es el momento”, habría dicho. Pero para Leonor, ese argumento ya no basta.
Leonor da un paso adelante
A sus 20 años, Leonor está empezando a marcar su propio camino. Y este conflicto con su madre lo demuestra. Fuentes del entorno real aseguran que la heredera pidió permiso para visitar a su abuelo, consciente de que podría ser una de las últimas oportunidades para hacerlo. La respuesta de Letizia fue un rotundo “no”. Leonor insiste a su madre, con respeto, pero también con la determinación de quien ya no es una niña. No entiende que la familia siga dividida cuando la salud de Juan Carlos se deteriora.
La reina, por su parte, teme que cualquier acercamiento se interprete como un gesto político. Pero la princesa siente que, más allá del protocolo, está la familia. Que los lazos de sangre pesan, incluso cuando duelen. Juan Carlos sigue en Abu Dabi, cada vez más frágil. Y Leonor, aunque no pueda volar hasta él, lo tiene presente. Porque, como todos, sabe que el tiempo no se detiene y que, día a día, todos morimos un poco más. Leonor, pese a las órdenes y al silencio que rodea el tema, siente en su interior que hay despedidas que no pueden esperar.