Leonor ha pedido a su padre ver al abuelo en Madrid en contra de Letizia
La princesa muestra interés por mantener cercanía con su familia en medio de tensiones internas
La princesa Leonor ha dado un paso que demuestra su afecto por su familia y, en especial, por su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Según sus memorias, el monarca recuerda con emoción los escasos momentos de contacto con sus hijos, y uno de los más especiales fue cuando habló con Leonor antes de su traslado a Gales para continuar su educación en un colegio UWC. “Me emocioné cuando me pasó por teléfono a mi hija mayor, Leonor, que quería anunciarme ella misma sus buenas notas y su próxima partida”, escribe Juan Carlos I, mostrando un orgullo y ternura que pocas veces se dejan entrever en la esfera pública.
Este vínculo se refleja ahora en el deseo de la princesa de visitar a su abuelo en El Pardo, un gesto que rompe con la frialdad que caracteriza la relación de Juan Carlos I con su hijo Felipe VI y con Letizia. Mientras la reina mantiene distancia del emérito, Leonor opta por la cercanía afectiva, buscando fortalecer la conexión con quien ha sido una figura clave en la historia reciente de la monarquía. La princesa parece consciente de que estos encuentros no solo son un acto de cariño, sino también una oportunidad para entender mejor las raíces de su familia y el legado que lleva consigo.
Tensión familiar y gestos de cariño
Las memorias del rey Juan Carlos I dejan entrever cómo la llegada de Letizia a la familia real alteró la dinámica familiar. “La entrada de Letizia en nuestra familia no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares”, asegura el monarca, quien subraya que, a pesar de sus esfuerzos, la distancia emocional con su hijo y su nuera ha sido evidente. Incluso durante su primera visita a España tras mudarse a Abu Dabi, Juan Carlos I se sintió decepcionado por la frialdad institucional: los miembros de la Casa Real, que esperaban saludarlo, fueron enviados de vuelta a sus tareas sin poder interactuar con él.
En este contexto, la iniciativa de Leonor adquiere un valor especial. Su deseo de ver a su abuelo no solo refleja afecto genuino, sino también un ejemplo de madurez y sensibilidad en un entorno donde los lazos familiares pueden verse marcados por la política y las formalidades. La princesa parece consciente de la importancia de preservar estos vínculos, y su gesto destaca la diferencia entre la postura distante de Letizia y el corazón abierto de Leonor, recordando que, incluso en la familia real, la cercanía emocional sigue siendo un valor fundamental.