Leonor fuma desde que estudiaba en Gales, también la madre, Letizia, que se esconde en los lavabos

Madre e hija comparten el hábito de fumar, pero para Letizia es un vicio y una lucha desde la juventud.

La princesa Leonor es, sin duda, una de las personas más mediáticas del momento dentro de la familia real. Y como no, es la futura reina de España. Por esta razón, todo lo que gira en torno a su vida despierta el interés público de una manera prominente. Protagonista de innumerables titulares, unos para bien y otro no tanto, la hija de Felipe siempre se mantiene en el foco.

Por su parte, la reina Letizia se ha encargado de formar a su hija para el rol tan impórtate que, sin haberlo elegido, le tocará asumir en el algún momento. A su ejemplo ha sido educada, y hay quienes afirman que Leonor es muy arecida a su madre en mucho, en lo determinada, aplicada, meticulosa y esforzada. Pero Letizia y la princesa, también tiene en común, según se rumorea, hábitos cuestionables. Madre e hija comparten un secreto que contradice las expectativas de su rol: el cigarrillo.

Un hábito aprendido de Letizia

Desde su adolescencia, Leonor ha estado vinculada al tabaco. Algunos portales aseguran que la joven heredera, a medida que avanzaba en su formación en el UWC Atlantic College, no se escapó de experiencias típicas de la juventud, incluido el tabaquismo en momentos sociales. Aunque la escolaridad en Gales se presentó como un espacio de proyectar una imagen de futura líder, también le permitió experimentar, al estar lejos del ojo de sus padres, un estilo de vida menos restringido donde el cigarrillo tomo partida en sus rutinas sociales.

Según señalan distintos medios, la princesa no fuma a diario sino en ocasiones puntuales. En sus salidas sociales y de vez en cuando Leonor recurre a esta practica, que también tiene su madre. Letizia, que siempre ha presentado un aspecto disciplinado y dedicado a un estilo de vida saludable, ha sido relacionada con la costumbre de fumar. Detalles revelados en el libro Letizia. Una reina impaciente del periodista Leonardo Faccio, apuntan a que su relación con el tabaco se remonta a su juventud. A pesar de su deseo de proyectar una imagen perfecta, es sabido que Letizia ha luchado contra su adicción al fumar y que, tras múltiples intentos, sigue consumiendo cigarrillos en la intimidad.

Leonor fuma de manera puntual, pero para Letizia en un vicio

A pesar de sus esfuerzos por ocultar este hábito, se dice que la reina Letizia se esconde en los lavabos para fumar y que recurre al cigarro en momentos de gran. En situaciones estresantes, como eventos oficiales o apariciones públicas, La consorte ha sido vista encendiendo un cigarrillo en privado, buscando un alivio temporal que contraste con su imagen de reina moderna y saludable.

Interesantemente, la relación de Letizia con el tabaco tiene raíces más profundas. Durante su etapa como estudiante, trabajó para una empresa tabacalera en México llamada Boot, donde incluso promocionaba cigarrillos en las calles de Guadalajara, un hecho que parece ir en contra de su postura actual como defensora de la salud pública. Como se menciona en el libro de Faccio, a pesar de su imagen pública de activista antitabaco, la consorte ha tenido que lidiar con su dependencia en secreto. Anécdotas de eventos sociales han revelado que, tras las cámaras, la reina no es ajena a la tentación de fumar.

El contraste entre la presentación pública de Letizia como un modelo de vida saludable y su comportamiento privado representa un desafío para su figura como consorte, especialmente en un país donde las expectativas de la familia real son altísimas. El hecho de que tanto ella como Leonor se relacionen con el tabaco muestra que, aunque son personas de las que se espera la perfección encarnada, son tan humanas como cualquiera y enfrentan sus propias batallas en secreto.